Déjame Amarte

CAPÍTULO 2

IVANNA

Me sirvo una taza de café mientras espero respuesta del mensaje que mande hace un rato, ya llevo unas semanas hablando con ella, pero parece que siempre está muy ocupada. Me siento sobre la encimera mientras sigo esperando y escucho pasos a mi espalda.

—¿Que estás haciendo? —pregunta Roxanne.

—No podía dormir —me encojo de hombros.

—No podías ¿o no quieres? —dice apuntando mi café —son las dos de la mañana.

—¿Tu qué haces despierta?

—Vengo por agua —dice abriendo el refrigerador. —en Corea deben ser las nueve de la noche.

—Que bien —digo tomando de mi taza.

—Alice dice que Yuna sale tarde del trabajo —comenta.

—Me voy a la cama —digo bajando de la encimera y ella sonríe mientras sirve su vaso con agua.

Al llegar a mi cama recibo el mensaje que estaba esperando.
*
—Día largo, ¿estás dormida?

—¿Puedo llamarte? —se tarda un par de minutos en responder, pero lo hace.

—Adelante.
*

Me acomodo mejor en la cama y aclaro mi garganta antes de marcarle, tomo mi celular de nuevo y le marco, ella contesta casi enseguida.

—Hola —dice ella.

—Es lindo escuchar tu voz real —le digo y escucho una pequeña risa.

—¿La otra no era real?

—Era difícil de entenderte, todo un dilema.

—A un vergüenza ¿puedes eliminar eso de tu memoria? Mejor quédate con esta voz.

—Es lo que haré —le digo —¿qué tal tu día?

—Agotador, muchos clientes que atender ¿y el tuyo?

—Nada fuera de lo común, no tengo mucho que hacer.

—¿Ya pensaste en lo de tu marca?

—Lo he pensado, pero no creo que pueda llevarla a cabo, son muchos trámites.

—¿Quieres que te ayude? —pregunta de repente. —puedo darte asesoría legal si te decides.

—¿De verdad lo harías? Eso sería fantástico.

—Lo haré, solo tienes que plantear muy bien tu visión y objetivos, yo te ayudo en todo lo que pueda.

—Muchas gracias Yuna, eso me hace querer empezar ahora —digo saltando de la cama.

—¿Ahora? ¿No deberías estar descansando?

—No podía dormir —le digo sentándome frente al escritorio.

—Pero deberías hacerlo antes de ponerte a trabajar, dijiste que el mundo no se acaba por dormir —sonrío porque aún lo recuerda a pesar de que fue hace semanas.

—Tienes razón, descansaré y luego haré lo demás.

—Así piensas con claridad, ve a descansar, yo igual lo haré, estoy agotada.

—Está bien, buenas noches Yuna.

—Buenas noches Ivanna.

Termino la llamada con Yuna y regreso a la cama, aunque fue muy breve me gustó hablar con ella.

Por la mañana me levanto con mucho sueño, pero tengo cosas importantes que hacer, me doy un baño y bajo por café para mantenerme despierta, vuelvo a mi habitación y comienzo a plasmar mis ideas en papel.