CAPÍTULO FINAL

4.2K 415 264
                                    



IVANNA

Las nauseas se apoderan de mi cuerpo entero, busco la manera de llegar al baño y expulsar todo lo que había en mi estómago. Con las manos temblorosas, busco la ubicación de Yuna, trato de aclarar mi mente y marco al 119, no sé ni qué es lo que le digo a la operadora, solamente doy la dirección del GPS.

Marco nuevamente el número de Yuna y no hay respuesta, vuelvo a intentarlo una vez más y esta vez si responde.

—Yun... —mi respiración se corta al escuchar la sonrisa del otro lado.

—Kozlova —dice Yura del otra lado —¿qué pasa?, ¿tienes miedo? —quiero hablar, quiero gritar, maldecirla, pero no sale nada de mi boca.

Ella vuelve a reír, esto le divierte, así es ella, siempre busca la manera de destruir todo.

—Te dije que volveríamos a vernos —se ríe —pagaría por ver tu expresión. ¿Tu hermano no te ha dicho que me adueñe de la Bratva?, parece que los Kozlova han perdido su imperio.

—Yura...

—Shhh, no tienes que decir nada, siempre estaré un paso por delante de todos Kozlova, ¿a que no sabías que la mafia Italiana también será mía?

—Cállate —me levanto, quiero ir hasta ella, pero mi hija... no voy a dejarla sola.

—Mi dulce y pequeña Chiara ha estado esperando por mi, ella me desea tanto como yo a ella —se ríe —juntas seremos imparables —te invitaría a la boda, pero seguro estarás lamentándote la muerte de tu esposa.

Suficiente, termino la llamada y comienzo a llamar a Jia, tarda en responder, pero le suplico entre lágrimas que me la traga de regreso, ella es médico, puede traérmela con vida.

—Voy en camino —dice y escucho como en verdad comienza a correr —¿dónde está Nara? —me pregunta.

—En su habitación.

—Bien, ve con ella, trata de calmarte, enviaré a alguien para que vaya contigo y cuide de Nara —escucho la puerta de su auto cerrarse y pone el auto el marcha —te veo en el hospital.

Asiento aunque sé que ella no me mira, pero no n este momento no logro razonar. La cabeza me da vueltas, quisiera tener a Katerina en este momento, pero está lejos, estoy sola, desesperada y angustiada.

Hago lo que Jia me pidió, ir con mi hija, entro en su habitación y veo que está dormida, acerco la silla que está cerca de su cuna y me siento ahí, conteniendo el llanto para despertarla. Me llevo la mano a la boca y las lagrimas comienzan a salir como un manantial.

—Lo siento corazón —susurro —prometo que traeré a mamá de regreso a casa.

No sé cuánto tiempo pasa, pero alguien llama a la puerta. Me apresuro a salir y veo que es una de sus amigas. Ella ni siquiera me pregunta qué sucede, seguro Jia la puso al tanto.

—La bebé... —no puedo evitar sollozar.

—Hey —me toma de los hombros —Yuri te llevará con ella, yo cuidaré a la bebé, está bien n buenas manos.

Ni hago más que asentir y me apresuro a salir de casa, afuera me espera su amiga, la fiscal. Tampoco hace preguntas, solamente me lleva hasta su auto y arranca en cuanto me coloco el cinturón. Las luces de la ciudad se ven muy borrosas, no logro enfocarme en el camino porque mi mente no deja de pensar en mi Yuna, en la mujer de los ojos más lindos que he visto en la vida.

—Llegamos —me anuncia y casi me lanzo del auto sin quitar el cinturón de seguridad, pero ella me detiene y me ayuda a sacarlo.

Entro en la sala de emergencias con el corazón en la mano, busco por todos lados alguna señal de mi esposa, pero no hay nada. Mi cabeza duele mucho.

Déjame AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora