Capitulo XXII

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"Ese día fue la noche más fría, tristes recuerdos de mi infancia, el resplandor del odio, bloqueo el sello del olvido

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"Ese día fue la noche más fría, tristes recuerdos de mi infancia, el resplandor del odio, bloqueo el sello del olvido."

Nadie, recuerda el como llegué al orfanato, mucho menos si había llegado con un nombre fijo, a nadie le importo ese hecho.

A decir verdad, eso nunca fue un orfanato donde me cuidaron siempre fue un infierno donde tenía que cuidarme sin importar que.

Solo tenía nueve años en ese entonces.

Año∆∆∆∆ Día 20 Mes: Abril.

Hora: 20:44 pm.

Tenía que correr para llegar antes del toque de queda, si lleva antes de las nueve de la noche era la hora donde las puertas se cierran, si uno de nosotros llevaba tarde, eras castigada por el cuidador.

-Hoy, debo llegar rápido, no quiero ser castigada de nuevo.- corrí y corrí hasta llegar a tiempo.

Enormes puertas de madera, un lugar sin vida, cuando llegue la señora están a un lado de la puerta y como siempre, con un bastón en la mano.

-Llegaste- hablo sería y con una pizca de paciencia.

-Si....señora..- hablé nerviosa y con miedo. Baje la cabeza para no verla, el miedo de esa mujer, era más potente que nada en el mundo, pero.. mi mayor temor es el cuidador que le encanta encadenar me para luego hacerme lo que más le plazca.

-Valla, valla, ahora regresaste temprano, sin nombre, debiste llegar tarde, lástima hoy no habrá castigo.- el cuidador se hizo presente.

Mi cuerpo pequeño, frágil y débil empezó a temblar.-No..señor cuidador.. hoy regrese t.. temprano.- las palabras salían en voz temblorosa, millones de pensamientos llegaron a mi.

Corre, esconde te, huye, muere.

Palabras con significados que me hacen vomitar llegaron a mi.-Oh, mi querida sin nombre, no tengas miedo, hoy jugará conmigo número 3, ella tomara tu lugar está noche.- se acercó a mí, donde podía sentir su respiración chocando a mi rostro.

- se acercó a mí, donde podía sentir su respiración chocando a mi rostro

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Ese aliento, que está lleno de asquerosidad, me dio náuseas.-Que linda eres.- hablo, la señora solo observo y no me ayudó ante el acoso del mayor.

El mayor sonrió, el sonido de las cadenas de escucharon.-Vamos número 3- dijo, detrás de el una niña de mi misma edad, quién posee unas cadenas en su cuello, como si de un perro se tratase. Iba caminando hacia su dueño.

Reencarnación Lectora//Punto De Vista Del Lector OmniscienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora