Beso de Melocotón [YoonSeok]🍑

Capítulo 9: El show debe acabar.

Era una tarde tranquila en que se habían quedado en casa en lugar de salir a merendar fuera por culpa de una tormenta de verano, lo recordaba con todo lujo de detalles. ¿La fecha? Diecisiete de agosto.
Hoseok todavía visualizaba con claridad las imágenes, las palabras y también las sensaciones de aquel día; el día que había confeccionado junto a Yoongi el beso de melocotón. Su tarta especial; su dulce secreto, que de secreto ya no tenía nada.

Las farolas que brotaban del asfalto empezaron a iluminarse porque ya estaba anocheciendo.

Sentado en un banco afuera del edificio donde se grababa "Dreams of $ugar", Hoseok contempló aquellas luces mientras recordaba con dolor el día de su tercer aniversario con Yoongi.
Las risas y empujones jugando, las manchas de harina en las mejillas de ambos, los incontables besos que sabían vainilla, a nata y a melocotón; el brindis con vino rosado después de hacer el amor en el suelo de la cocina. Aquel tiempo tan feliz...

El aire de la calle estaba helado, pues estaban en pleno mes de febrero y aún había restos de nieve sin derretir. Sin embargo, Hoseok sentía el frío más por dentro que por fuera.

Las lágrimas seguían derramándose una detrás de otra en lo que su mente rememoraba lo que acababa de presenciar en el set del programa. Ver a Yoongi presentando aquella tarta como si fuera suya le había herido más cualquier insulto a lo largo de los años.

¿Y para qué? A Min no le hacía ninguna falta ganar ese concurso, él ya se había labrado una buena imagen en el sector; era cofundador de una de las pastelerías de más renombre del país, tenía contactos y ya había demostrado que era un gran repostero. Tampoco necesitaba el premio económico, quién sabía qué fortuna amasaba en un año un negocio próspero como "Choi and Min's Pastry World".
Todo apuntaba a que sólo lo hacía para fastidiar, el muy idiota...

Una silueta pasó por detrás de él y tomó asiento en el extremo opuesto del banco. Hoseok se secó la cara con la mano e hizo ademán de levantarse, pero la voz de Yoongi le hizo frenar. El pelinegro todavía tenía restos de nata en la mejilla tras el bofetón que le había dado Seok con la mano llena de tarta.

— Por favor, no te vayas. Deja que te expliq...

— ¿¡No tuviste suficiente ya!? — Hoseok estaba furioso. — ¿Qué me vas a decir? Espera, ya lo sé. Yo no inventé esa tarta y no es culpa tuya que a ti te salga mejor, porque tú eres el experto y yo no estoy a tu nivel.

— ¡Eso no es lo que iba a decir! — rebatió el mayor. — ¿Quieres sentarte y escuchar?

— ¡No, no quiero! ¿Sabes lo que quiero, Min Yoongi? Quiero... quiero que dejes de hacerme daño de una maldita vez...

La voz del más joven se quebró con la última palabra y rompió a llorar de nuevo sin poder evitarlo, y es que estaba más dolido que nunca. Yoongi se quedó mirándole en silencio con el corazón oprimido; quería consolarle y disculparse, pero como de costumbre, no sabía cómo actuar ya que el mal ya estaba hecho.
El peso de la culpa cayó sobre él como una losa y, quizás por primera vez, fue realmente consciente de que sus acciones habían sido mucho más erróneas de lo que había pensado.