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Las damas entraron a la pizzería, captando toda la atención de Mike, en especial la menor. Volvieron a cruzar miradas, tratando de descifrar si eran ellos, él en el sueño de ella y ella en el de él.

Los tres se adentraron a las profundidades de aquella vieja pizzería, que para llevar tiempo en abandono está en muy buenas condiciones. La ansiedad en la chica menor no se hicieron esperar, sentía una fuerte incertidumbre e inseguridad el estar en aquel lugar, ese lugar que fue una horrible pesadilla para ella y una terrible noche para sus padres. Caminaron para después adentrarse en la pequeña oficina donde Mike se encontraba trabajando.

―¿Y cuánto llevas trabajando Mike? ―pregunto la rubia, tomando asiento en una de las sillas que se encontraba en el sitio.

―Es mi primera noche ―respondió, dirigiendo su mirada a la menor, la cual se encontraba entretenida analizando cada rincón del lugar.

  ―¿Y qué tal tu primera noche?, ¿normal? ―pregunta la rubia tomando el botiquín de primeros auxilios para curar la herida que tenía Mike en su antebrazo.

―¿Qué? ―pregunta el mayor frunciendo el ceño, apartando la mirada de la joven que se encontraba mirando el sitio, pero era simplemente que ese lugar le traía malos recuerdos.

―Sí, si tu noche es normal, habitual, regular, nada fuera de lo común.

―Si sé lo que significa normal, y sí, mi noche ha sido de lo más normal ―interrumpió, mirando su herida.

―¿Seguro?, porque tus ojos están rojos, respiración agitada y tu antebrazo tiene una herida muy profunda. Pero no sería nada extraño, no aquí en freddy's ―camino al rededor de Mike ―¿y ya los conoces?

―¿Perdón? ―pregunto Mike, frunciendo el ceño.

―¿Que si ya los conoces?

―¿a quiénes? ―pregunto confundido.

―A ellos.









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Caminaron de vuelta a la sala principal, donde se encontraban grandes escenarios tapados con telones rojos. La joven miraba atenta, no había salido ninguna palabra de su boca desde que entraron en aquel sitio, que no hacía más que traerle malos recuerdos. Juraba que podría escuchar pequeños susurros y risas de niños desde que puso un pie en la entrada, pero trato de no darle mucha importancia, creyendo que de pronto eso se debían a las horas de descanso que le hacían falta.

  ―Y dime Mike, ¿crees que estás preparado para trabajar aquí? ―pregunto Vannesa, caminando por los comedores del lugar.

―¿Por qué lo preguntas? ―la miro desconcertado.

―Me refiero a que si te vez trabajando aquí dentro de 10 años ―Mike no contesto ―por lo usual los guardias de seguridad de aquí no duran mucho. Nada raro aquí desde luego.

𝐘𝐎𝐔 𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐌𝐄? | 𝗺𝗶𝗸𝗲 𝘀𝗰𝗵𝗺𝗶𝗱𝘁 𝘅 𝘁𝗻Where stories live. Discover now