Capítulo 5: Nuevo Objetivo

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- Entonces... ¿Tú y Aigis no son novias? – Fuuka me había arrastrado al sillón cuando nos habíamos quedado solas en el vestíbulo, me había sorprendido al enterarme que escuchó todo sobre mi confesión hacia Aigis por medio de su Persona en el Tártaro. Claro, no era su intención escucharnos, pero el tener que monitorearnos constantemente en la torre es su deber. No me queda de otra que ser honesta con ella, mentirle es inútil de todas formas.

- Umm la verdad es que no. Confesamos nuestros sentimientos pero no declaramos el estado de nuestra relación. -

- ¿Entonces cuándo le preguntarás? – Esa era una buena pregunta ¿Cuándo le preguntaría sobre nuestra relación? Mañana teníamos clase, quizá le pida salir después de clase, tendré que saltarme el club de voleibol entonces, le diré a Rio temprano que no podré asistir.

- La invitaré mañana después de la escuela, ahí le preguntaré. – Aigis no solía quedarse mucho tiempo en la escuela al finalizar las clases, aunque a veces se quedaba cerca de mí, me esperaba a que saliera del club o del consejo estudiantil para acompañarme al dormitorio, así que había una alta probabilidad de poder volver de la escuela juntas y poder llevarla a un lugar con poca gente donde preguntarle. El mejor lugar es sin duda el santuario, no suele haber mucha gente así que es un muy buen lugar para estar juntas sin que nadie más nos moleste, era un muy buen plan.

Después de eso Fuuka parecía satisfecha y supuso que no era necesario mantenerme ocupada más tiempo, era tarde y habíamos vuelto de una expedición al Tártaro, el cansancio me llegó de forma abrupta después de estar un tiempo más relajada. Fuuka se despidió y la vi subir las escaleras a su habitación. Me quedé sola en medio del vestíbulo en medio de la noche, solo una débil luz iluminaba el lugar.

- ¿Aigis y yo eh? Jeje ¿Quién lo diría? – No hace mucho no me imaginaba con pareja y mucho menos me imaginaba enamorada de alguien, a lo largo de este año desde que llegué al dormitorio he experimentado muchas cosas, he conseguido gente en la cual confiar, amigos, y ahora me he enamorado. Aún queda más de medio mes antes de la llegada de Nyx, ganemos o no haré todo lo posible para estar el mayor tiempo posible con Aigis.

Con mi decisión tomada apagué la luz del vestíbulo y me dirigí a mi habitación. Antes de llegar me paré enfrente de la habitación de Aigis, no se escuchaba nada, ¿Seré yo la única nerviosa de nosotros dos? Continué hasta mi habitación en silencio, tampoco quería que alguien me escuchara, es probable que Mitsuru o Yukari ya estuviesen durmiendo, y sobre todo no quería que Aigis me escuchara y saliese a verme, no estaba preparada aún para tener algún tipo de conversación con ella.

Una vez en mi habitación me senté en mi silla, saqué un pequeño cuaderno que tenía guardado en el cajón de mi mesa y lo abrí en la primera página en blanco, "Querido diario" jaja demasiado cliché, además esto ni siquiera es un diario, es solo una agenda. Empecé a colocar todos los lugares que estaría bien visitar con Aigis después de tener "la charla" en el Santuario Naganaki, ¿Un lugar a comer? No, Aigis no tiene que comer, llevarla ahí podría volverse incómodo para ella, solo se sentaría a verme, "Me gusta observarte mientras comes", ¿Qué clase de diálogo es ese? Aigis no diría algo así, ¿Verdad? Sentí mi temperatura corporal subir, no tenía que verme en un espejo para saber lo roja que me había puesto.

Estuve escribiendo un rato diferentes ideas para tener una cita con Aigis pero cada idea sentía que era peor que la anterior, los restaurantes estaban fuera de cuestión, Aigis no necesita comer y obligarla a comer por mí no era una idea que me pareciera agradable, además Aigis no creo que pueda cantar o comprender su concepto para ir a un karaoke juntas, un club estaba fuera de cuestión, no podemos beber alcohol y probablemente ni siquiera nos dejen entrar, de compras tampoco sonaba la opción más factible, Aigis no sabe de moda, quizá el Game Parade sea la mejor opción, muchas máquinas arcade son fáciles de entender y podríamos divertirnos juntas. Aún le encontraba fallas pero no sonaba mal, sin querer había estado una hora escribiendo y tachando ideas en mi cuaderno ideas, tantas emociones habían hecho que me olvidara del cansancio, ya era tarde y si no dormía lo suficiente podría arruinar mis planes del día. Guardé el cuaderno y empecé a cambiar mi ropa a mi pijama y me acosté. ¿Aigis aceptaría? Y si lo hace ¿Saldrá bien nuestra cita? Las dudas empezaron a invadirme, mi tiempo para dormir se estaba acabando, tenía que dormir rápido pero los nervios no me dejaron. Y así fue como mi tiempo para dormir se esfumó sin darme cuenta.

Kotone & AigisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora