Capítulo 17

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Seth ahora mismo no sabía que decir al respecto, ¿Eso quería decir que ella tenía o tuvo un hijo que él aún no conocía? ¿De eso se trataba?

- sí, debes estar sorprendido... Yo también lo estuve cuando me enteré. - explicó.














- el pequeño está siendo reclamado por el señor del Mictlán. - dijo una de las ancianas y parteras del poblado.

- ¡Debe haber algo que se pueda hacer! ¡Los dioses no pueden arrebatármelo a él también! ¡Por favor, sé que usted puede hacer algo!!!

- lo lamento, pero no hay nada que se pueda hacer contra la voluntad de los dioses... - el rostro de la mujer demostraba seriedad junto con una pizca de dolor por lo que sería el destino de ese niño no nato.














¿Cómo podía ser que la vida había sido tan dura con Itzpapalotl? Seth no daba crédito a lo que estaba escuchando...

- escogí dar mi vida por él... - continúo contando. - esa misma noche realice un pequeño ritual con ayuda de la partera y de otras mujeres. Mi vida por la de mi hijo, ese fue el trato que hice con el señor del Mictlán. - le miro a los ojos y dijo. - sé que me entenderás, un padre es capaz de todo por sus hijos. Tú sacrificaste mucho por tu hijo...

Seth bajo la mirada.

- hice todo mal, me porté horrible con Anubis cuando debí ser más fuerte, debí protegerlo, y sólo lo hice sufrir

Itzpapalotl posó su mano sobre su hombro dándole apoyo mientras le sonreía. Entendía como se sentía.












Iztli se tocaba su pequeño vientre, de dos meses, mientras cantaba una hermosa canción de cuna.

Había hablado con su hermano y aunque estaba molesto por lo que hizo, acepto cuidar de su sobrino. Le daría todo el amor que ella no podría darle y le haría saber al pequeño sobre la madre tan amorosa y valiente que había tenido.

- quiero que crezcas feliz y muy fuerte. - daba suaves caricias a su vientre. - aunque odiaré no formar parte de tu vida, pero sé que estoy haciendo lo correcto. Además, me puedo ir segura porque tendrás a tu tío que no te dejará solo, no le causes muchos problemas a veces es un poco gruñón

- no hables así de mí como si no estuviera escuchando. - dijo Ollin que llevaba rato preparando la comida en la otra habitación.

- me aseguro de que sea un buen niño y no te cause problemas

Ollin al otro lado suspiro y luego hablo lo suficientemente alto para que su hermana la escuchará.

- no importa, será una pequeña parte de ti, será como tenerte todavía con nosotros

Aunque estaba la mayor parte del día actuando "normal" lo cierto es que le dolía mucho tener que perder a su hermana. Cada día que pasaba era un día menos para ella, pero no se podía permitir el verse afectado o sólo le causaría más preocupaciones, que no necesitaba en ese momento, solo podía cumplir con la promesa de cuidar de su sobrino.

Sin embargo, nadie puede asegurar que las cosas saldrán como esperamos...

Las casas ardían en llamas y los gritos se escuchaban con tanta fuerza por todas partes, el escenario se había teñido de color carmesí por la sangre de las víctimas cuyos cuerpos yacían en el suelo, otros dentro de las casas en llamas.

Esa tarde se escuchó el silbato de la muerte seguido de la aparición de los guerreros más letales del imperio. Los Cuachicqueh, guerreros sumamente peligrosos por lo letales que eran en el campo de batalla. Los maridos de algunas, en compañía de sus hijos, salieron a defender el pueblo y dar oportunidad de escapar al resto, pero poco pudieron hacer ante hombres más grandes y sobre todo con un vasto conocimiento militar...

Nueva Vida (Ennead)Where stories live. Discover now