La Prostituta de mi Hija

Parte 4 Viaje con Micaela

Fabian le dijo a su familia que tenia un viaje de negocios, su socio Bruno no hizo más preguntas, sabía que había conocido una nueva putita, lo que no se podía imaginar que era su hija con la que se iba de viaje, en cambio, Micaela le dijo a su madre que se quedaría en la casa de una amiga.

A las seis de la mañana a unas cuadras de su casa, la joven de dieciocho años lo esperaba en una esquina para ir a un viaje espontaneo, tenia puesto el uniforme escolar que la hacían ver como una inocente niña, y en su mochila algo de ropa, pero no mucha, cuando Fabian la pudo ver cuando llegaba en el auto, se dijo a si mismo — es hermosa, la quiero.

Ella le sonrió cuando estaciono, y salió a los saltitos hasta llegar a la puerta del acompañante — Buenos días Fabian — Le dio un beso en si mejilla, mirándolo con sus bellos ojos verdes.

— Buenos días Micaela, lista para la aventura — Sin decir mas aceleró con la idea de poder disfrutar el cuerpo de la mejor amiga de su hija.

El día trascurría con normalidad, compraron lo que fueron a comprar los stick, compro dos para Sofia, y uno para Micaela, que le estuvo muy agradecida, pero todo cambio al atardecer, ella pensaba que se quedarían en un hotel para seguir de viaje el día siguiente, pero en cambio entraron a una cabaña afuera de la ciudad — ¿Por qué entramos acá?

— Alquile esta cabaña para que pasemos la noche, tiene un hermoso jacuzzi.

— Me hubiese avisado, no traje traje de baño.

— Yo tampoco querida — Con una sonrisa enorme estaciono el auto.

Micaela se dio cuenta de las intenciones de Fabian, a ella desde joven siempre los hombres intentaban llevarla a la cama, muchas veces logro evitarlo, pero fallo con su entrenador Marcelo, lograría evitar que el padre de su amiga y amada la lleve a la cama, era lo único que podía pensar cuando Fabian le agarro la mano para hacerla entrar a la cabaña.

El lugar no era muy grande, pero si muy bello y acogedor, estaba casi todo echo de madera, aunque Fabian había elegido esta cabaña porque solo tenia un cuarto, cosa que la joven de pelo castaño claro se dio cuenta enseguida, y ahí se le fue la poca esperanza que tenia que el amigo de su padre sea distinto a los demás hombres que había conocido.

— Te gusta la cama — Le pregunto abrazándola de atrás descaradamente, Fabian no era un hombre acostumbrado a tener paciencia, estaba acostumbrado a tener prostitutas o jovencitas en busca de un daddy, a las cuales las dominaba a su placer.

— Que hace Fabián, porque estemos solos en un cuarto no significa que me acostare con usted — Intento zafarse de sus brazos, pero la comenzó a abrazar muy fuerte que le fue imposible salir.

— Lo mismo le dijiste a tu entrenador Marcelo o a mi adorable hija — Cuando termino de hablar apretó una de sus tetas.

Ella se petrifico, sabia que se acostaba con su entrenador, también que se acostaba con su mejor amiga a la cual la amaba, si esto salía a la luz su vida de terminaba — Por favor no le diga nadie, además no le hagas nada a Sofia.

Una sonrisa enorme creció en su rostro, al sentir como la joven Micaela comenzó a temblar — No tengas miedo, si eres una buena niña no alejare a Sofia de vos y tampoco contare lo de tu entrenador — Sin decir mas la otra mano comenzó a acariciar las suaves piernas de Micaela, y comenzó a darle pequeños besos en su cuello.

Casi al instante la joven Micaela sentía como el miembro de Fabian crecía a cada segundo, ella lo tenía pegado a sus nalgas, la joven casi no tenia experiencia con hombres, el único referente era su entrenador Márcelo, se dijo a si misma que si lo trataba bien al padre su amada terminaría rápido, así que la joven comenzó a menear su cadera y giro su rostro para sonreír al hombre de cuarenta y cinco años que la estaba toqueteando.