II

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No sé cuánto tiempo llevo golpeando el saco, solo sé que estoy sudado y cansado, paro y voy directo al vestuario, donde me ducho y me visto, al salir recojo mis cosas

- ¿Un mal día? - pregunta la voz conocida del hombre quede cierta forma me salvo, me giro y ahí está Rafael, el hombre que a los doce me ayudo y ha sido mi mentor desde ahí, el dueño del gimnasio y el que también me introduzco a las peleas

-Algo así ¿Tu qué tal? - me siento en uno de los bancos, mientras bebo agua

-Bastante bien, este año es bueno, mucha gente se ha apuntado- asiento bastante feliz por él, ya que sé que el año pasado tuvo dificultades económicas.

- ¿Sabes cuando empezara la temporada? - pregunto curioso, sobre el torneo de lucha que se celebra todos los años, el ganador conseguía una gran suma de dinero, la cual divida y gran parte se la daba a Rafael y la otra parte la usaba para ahorrar, no es como si necesitase el dinero, pero quería irme de casa, y no depender económicamente de mi padre, y de nadie, no quiero tener la sensación de que le debo algo a mi padre. -La temporada empezará en unos días, en esta temporada el premio será más dinero, que los años anteriores- me informa, asiento

-Lo ganare – afirmo sin duda

-Lo sé - me responde sonriendo –Estoy orgulloso de ti- añade, y esas simples palabas golpean con fuerza mi corazón, quizás era lo único que necesitaba escuchar, pero..., pero quizá dentro de mi esperaba que me lo dijera otra persona, pero debería estar acostumbrado a aquel vacío en mi corazón que siempre intentaba mantener lleno, pero que nunca se llenaba.

-Gracias- le digo en un susurro, porque siento que, si hablo alto, mi voz quebrara, él me sonríe y apoya su mano en mi hombro, lo aprieta un poco, para luego marcharse, dejando un vació en mi hombro, pero no en mi corazón.

Miro el móvil, Jess me ha metido a un grupo, veo varios mensajes donde se presentan todos, que ridículo, respondo con un amable "Soy Jack y joder dejad de mandar mensajes hijos de puta ", Christian manda un mensaje poniendo todos los deberes del día, al ver su número lo guardo, Jacob escribe algo de una fiesta, pregunto si habrá alcohol a lo que el responde que sí, veo como la mayoría dicen que sí, pero espero el mensaje de Christian, cosa que no llega, pero no me extraña, yo tampoco quería ir a una fiesta que organiza quien me hace bullying, pero tiene que venir, porque tengo que hablar con él, mi corazón lo necesita. Le mandó un mensaje a Jess pidiéndole que hable con Christian y lo convenza, ella al principio se niega, pero tras insistir acepta, tras unos minutos veo el mensaje de Jess, en el grupo de clase, afirmando que va a la fiesta junto con Christian, le doy las gracias y dejo el móvil, para volver a mi entrenamiento.

Al llegar la noche, compruebo la dirección del tal Jacob, al que quería reventar, pero se me había ocurrido una mejor idea, le iba enseñar a Cristian a defenderse, una idea que me proporcionaría estar cerca de él y al mismo tiempo enseñarle a no dejarse humillarse, era el mejor plan, que listo soy.

La noche era magnifica, llevaba muy pocos tragos de alcohol, no quería emborracharme, aunque mi aguante era bastante, Jess había llegado con Christian, pero hacia poco la había visto irse con un chico, por lo que me había puesto a buscar a Christian, al cual no encontraban por lo que había decidió ir al baño, estaba de camino cuando una chica me para, no me interesaba nada hablar con ella, ni interactuar, pero tampoco quería ser maleducado.

-Hola guapo ¿Tienes algún plan para esta noche? - mi plan era estar con Christian, no contigo

-Si, tengo planes- le digo arisco, ella parece pensarlo

- ¿Mañana? - me insiste, suspiró, está claro que no piensa dejarme

-No, ni pasado, ni la semana que viene, ni nunca- respondo molesto, ante ella, sabiendo que ella se siente mal, pero realmente no me importa, ella se toma unos segundos para mirarme disgustada

I love sHeWhere stories live. Discover now