III

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Una chica a la cual recuerdo ver en el gimnasio se acerca a la barra, y se sienta cerca de mi

-Me llamo Penélope- se presenta, asiento –Jack- digo sin mucho ánimo, no estoy de humor para hablar con ninguna chica

-Tranquilo tigre, no vengo por ti- me dice sonriendo, atrapando mi atención, me giro hacia ella, esta vez me fijo más en ella, tiene una sonrisa bonita, tiene el pelo suelto y este le cae por la espalda, es guapa, y ella es consciente de que lo es, y eso, la hace más guapa

–Vengo en busca de alguien que conoces- me dice al ver que no hablo

-¿Quién?-preguntó extrañado

-Jessica, ¿Tu prima? - asiento, distraído al ver cruzar a Christian y a Jess juntos, cruzamos miradas, pero solo es una mirada furtiva, vuelvo mi mirada hacia ella

-Dame tu número y le diré que preguntas por ella- digo nervioso al ver a Jacob y Christian enfrentarse con la mirada, me da un trozo de papel con un número escrito, lo tomó y le sonrió como despedida, Christian se va junto con Jess, los sigo cruzando al lado de Jacob, el aire golpea mi piel, erizandose, me gustaría ser capaz de disipar mis problemas tan rápido como el viento golpea tu piel.

-Christian, espera- le llamó, captando su atención, me coloco frente el –Os acompaño- afirmó sin preguntarle

-¿Por qué?- pregunta con recelo, cosa que es totalmente entendible, ya que él no sabe de mi parentesco con Jess

- Porque es de noche y estáis solos – explicó sin entrar mucho en detalles de mi preocupación por el, por ella y por lo que pueda pasarles

- ¿Y qué tiene eso? - pregunta disgustado conmigo

-Si alguien os atacará se saldría con la suya- me mira realmente molesto, al no responder a mi afirmación, me tomo la libertad de continuar -Sois, una chica adolescente borracha y un chico que apenas sabe pegar un puñetazo - él parecía realmente enfadado con el hecho de que diga la verdad, pero es lo que es, rezó mentalmente para que el orgullo no le gane, y sea capaz de ver el riesgo real que hay en si van solos.

Parece tener un enfrentamiento mental sobre lo que hacer, tras unos segundos, cansado me dice entre suspiros -Vale- cede finalmente, lo celebró mentalmente, pero no digo nada, tomo el brazo de Jess y lo paso por mi hombro, caminamos en silencio a pesar de que a veces ese silencio es interrumpido por borboteos de Jess, consecuencia de su borrachera, pero ninguno de los dos dice nada, solo nos cruzamos miradas divertidos por la situación, pero no decimos nada, tras unos minutos veo el edificio de Jess –Jack, sujetala, voy a buscar si tiene llaves- asiento, la coloco en mi espalda, él busca con cuidado de no agredir su intimidad, cosa que agradezco mentalmente, saca unas llaves que introduce en la vieja cerradura, abrimos la puerta del edificio, enciende la luz

- ¿Sabes cuál es su puerta? - preguntó, él niega, seria buen momento para decirle que yo sí lo sé, pero en vez de eso - ¿Y cómo lo vamos a hacer? - decido preguntarle

-Meteré las llaves en todas las cerraduras hasta que una sea – resopló molesto, a lo que él añade -si quieres puedes irte, no te obliga a quedarte- no respondo, simplemente cojo en brazos a Jess, y sigo a Christian, aunque se perfectamente donde vive, me lo callo, para tener una excusa para quedarme cerca de Christian

Tras varias puertas, la llave por fin encaja - ¡Es esta! - exclama emocionado, es como un bebe, entramos y el enciende la luz de la linterna del móvil, él se dirige a la habitación de mis tíos, quizás debería avisarle, pero es tarde, ya que ya la ha abierto, en un rápido y delicado movimiento cierra la puerta, reprimo una carcajada, por el bien de nuestra integridad, el me da un pequeño golpe en el brazo de forma cómplice, sonrío como un tonto, pero lo oculto, el abre otra puerta, la de la habitación de Jess, tumbo en la cama a Jess, y Christian con delicadeza como la de una madre, le quita los zapatos, solo puedo estar embobado ante él, será un buen padre, y quiero que sea el padre de mis hijos, y rápidamente deshecho esa idea, no pienses en esas cosas, no es normal. Salimos del edificio en silencio – Gracias por acompañarme, ósea acompañarnos - se auto corrige, creándome una sensación de calor en el corazón, le sonrío -Bueno, adiós – se despide rápidamente, -Te acompaño, no quiero que quede sobre mi conciencia si te dan una paliza – uso de excusa, ya que solo quiero alargar este momento lo máximo que pueda, él asiente, caminamos despacio y en silencio, no quiero romper el aura que nos rodea

- ¿Qué te parece el nuevo curso? - pregunta en un intento de romper el silencio

-Está bien, muchos profesores, muchas materias y muchos imbéciles- contestó sencillamente, -La verdad es que si- me da la razón, nos quedamos en silencio nuevamente, y esta vez no parece querer romper el ambiente, el móvil le suena y él parece tan extrañado como yo–Tengo que cogerlo, es importante – asiento y él rápidamente toma la llamada, asiento curiosidad por saber quién llama a estas horas

- ¿Estás bien? - pregunta en cuanto descuelga la llamada - ¿Yo? - pregunta extrañado captando mi atención, -Yo estoy bien, gracias ¿Por eso llamabas? - quizás es un amigo o conocido –Oh- dice arrepentido -Dile que lo siento, tenía el móvil en silencio, no me di cuenta - añade, probablemente sea su padre -Espera, ¿Está ahí contigo? - dice esperanzador -Que aún no vaya a casa – ahora estoy  seguro de que es su padre, pero no entró en la conversación, el me mira de reojo y añade bajando la voz -Estoy acompañado y no quiero situaciones incómodas a estas horas- parece que no quiere que le oiga hablar, y eso me causa más risa, pero no hago notoria mis ganas de reír, para no incomodarlo más

-Mateo- le reclama por teléfono como si de una madre se tratase

-Vale, gracias – dice más tranquilo, probablemente ya habrá solucionado el problema –Yo también- dice sonriendo –Igualmente- añade, para guardar el móvil

-Lo siento- se disculpa por la llamada, asiento tranquilamente dándole a entender que no me importa, él se para en una casa y saca sus llaves, vive bastante cerca de Jess –Gracias por acompañarme- añade después de estar en silencio, vuelvo a asentir, él suspira y me da la espalda, para introducir la llave

-Cuídate- le digo, ya que es lo único que se me ocurre, que tonto soy, en serio ¿Cuídate?, literalmente es su casa, él se gira mirándome nuevamente –S... Si, yo me cui...cuido- dice rojo de vergüenza, le sonrió para relajarlo, me gusta ver el efecto que causó en él, pero me gusta más cuando tiene confianza en sí mismo, doy un paso hacia él, hay tantas cosas que me gustaría decirle, pero no soy capaz ni siquiera de pronunciarlas en voz alto –Buenas noches- le susurro, es lo único que mi lengua es capaz de decir, vuelvo a retroceder y me marcho, al ser consciente de que mañana tengo entrenamiento por la mañana.

Dolores me mira durante unos segundos sin decir nada, resopló

-Pero sonríe un poco, mujer- le reprendo de broma, ella niega y suspira

-Ya sabes lo que opino de las peleas- me dice simplemente –Ya hemos discutido este tema antes- me recuerda ella, asiento

-Lo sé, pero es la única forma que tengo para ahorrar- le recuerdo cansado, ella asiente también derrotada

-Eso es lo que más me entristece, mi niño- me dice delicadamente, me acaricia un poco la mejilla, y yo me dejo cuidar, ella sonríe intentando fingir que está conforme, pero yo sé que realmente que no le convenzo y realmente no hay mucho que yo pueda hacer para hacerle cambiar de idea, por lo que simplemente lo dejó pasar, la puerta suena, rompiendo el momento que se había formado entre nosotros, nos miramos y ella es la primera en reaccionar yendo hacia la puerta dejándome solo en el salón, ella responde y tarda poco en volver

-Tu padre- dice seriamente, respiró hondo, había vuelto de su viaje antes de lo pensado, la puerta se abre, apareciendo mi padre en la puerta, con su habitual traje azul oscuro, el cual usaba para juicios importantes, su corbata estaba bien colocada y tenía aspecto feliz, habrá ganado el caso, paso mi mano por mi pelo peinado hacia atrás, un tic que tenía y el cual hacía constantemente

-Señora Pérez, tráigame un café- le dice como saludo, ella asiente y se marcha hacia la cocina dejándome a solas con el

I love sHeWhere stories live. Discover now