IV

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-Hijo ¿Has pensado ya en qué vas a hacer con tu futuro? - me pregunta como si no estuviera claro que voy a hacer lo que él quiere, porque los dos en el fondo sabemos que lo único que quiero es complacer a mi padre, incluso cuando digo que no, siempre quiero, y él siempre tendrá el control en mi vida, quizás solo estoy dejando que maneje mi vida porque es el camino más fácil, quizás solo soy un cobarde, quizás lo único que necesito es que me demuestre que me quiere, quizás lo único es que mi niño de nueve años se sienta amado, quizás solo quiero sentir que por fin valgo la pena, quizás lo único que quiero es desaparecer, quizás solo necesito sentir que después de todo él sí está orgulloso de mi, o quizás soy simplemente un inútil que ya se ha cansado de luchar contra los monstruos de debajo de su cama y está dejando que lo arrastren a la oscuridad porque está cansado de todo y de todos, pero nunca es lo suficiente valiente como para romper el ciclo

-Estudiaré derecho- digo finalmente como si no fuera lo obvio, el asiente complacido, y eso le da un poco de calor a mi corazón que se está enfriando de esperar amor, dejo a mi padre solo al ver a Dolores entrar con el café, salgo de casa con la mochila en mi espalda, me voy al gimnasio o cualquier sitio lejos de aquí, a mitad camino me doy cuenta de que me he dejado la botella de agua, pero no pienso regresar a por ella, por lo que decido ir a una tienda a comprar la.

Al entrar voy bastante enfadado conmigo mismo por no poder enfrentar a mi padre y decirle, ''Hasta aquí hemos llegado'', pero soy un cobarde que solo quiere complacerte, inútil Jack, mis pensamientos se ven interrumpidos al ver una silueta bien conocida para mí, intentando de puntillas alcanzar un conjunto de briks de leche, me acerco a él, alcanzo el brik captando su atención, mira directamente mis ojos y su piel se enrojece, le doy la caja -Gracias- me dice tímidamente, asiento con intención de irme, porque me siento bastante molesto con el mundo y no quiero sentirme peor – Jack, espera, ¿Me coges la otra caja? - resoplo, pero igualmente la tomó y se la doy, él toma las dos cajas, y parece estar teniendo serios problemas para cogerlas, me sorprende bastante –Gracias- me dice con mucho esfuerzo, parece que se le van a salir los pulmones

- ¿Tanto te está costando coger las cajas? - le pregunto aguantándome reír

-Son dos cajas con seis botellas de un litro cada una- dice intentando excusarse, me acerco a él y le quito las cajas para llevarlas yo, -Puto flojo-le miro directamente a los ojos y añado- ¿A dónde hay que llevar las cajas?

-A... Al pasillo de los yogures – tartamudea y yo siento un escalofrío en mi cuerpo, que decido ignorar, camino sin la presencia de Christian, - ¿Vienes? - sin girarme le preguntó, -Perdón- murmura el cuándo se coloca a mi lado, no le respondo, entramos al pasillo y una mujer con unas mejillas sonrojadas le sonríe a Christian, cuando nos acercamos él también le sonríe a ella

- ¿Y este chico tan guapo? - le pregunta la mujer a Christian, sonrojando a este lleno de vergüenza intenta no mirarme

-Soy Jack, un placer- suelto las cajas y de forma educada le tomo la mano ya no solo por educación sino como signo de respeto, ella sonríe ampliamente

-Hijo mío, no sabía que tenías amigos tan guapos- le dice la mujer con descaro, Christian se convierte en un tomate y me dan ganas de reír, las cuales oculto con una sonrisa

-Tía – le reclama el en un pequeño susurro, miro de reojo a Christian recorriendo con mi mirada su cuerpo intentando ser disimulado, sin éxito ya que él se da cuenta, dejo de mirarlo avergonzado de que me haya descubierto, pero lo disimulo y me despido de la mujer con un Ha sido un placer, me marcho a comprar lo que necesitaba y al tener la botella y pagarla, salgo de la tienda con prisa, ya que no quiero llegar tarde, suspiro al ver que estoy caminando sin rumbo, me siento en la cera de la calle, y dejo descansar mi cabeza entre mis manos, como si así el dolor que llevaba arrastrando toda mi vida pudiera cesar, pero no paraba, y cada día me obstruía más el pecho, respiró hondo, y me levanto, no puedo hundirme, no soy tan débil.

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