C a p í t u l o 1 3

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C A P Í T U L O 1 3

I Bet My Life- Imagine Dragons

La brisa helada provocó que Blair despertara aturdida. Abrió los ojos con lentitud, porque en su cuerpo todavía había estragos del impacto anterior.

Cada parte de su cuerpo protestó a causa de un tortuoso dolor insoportable y cuando intentó incorporarse cayó de espaldas por la falta de fuerzas y voluntad.

Ya que su cuerpo estaba indispuesto trató de forzar la vista para analizar el lugar donde estaba, no obstante, hasta eso era inútil. Sus ojos solo podían enfocar nada. Después de estar minutos viendo lo que parecía ser el cielo sus sentidos ya estaban empezando a despertar. Sintió que algo espero le caía por la frente, levantó la mano para tocar la mezcla y su pulso se aceleró cuando se dio cuenta que era su propia sangre.

Esta vez intentó con más insistencia ponerse de pie, su mente bloqueó cualquier recuerdo anterior que se refiriera a la falta de movimiento, y solo quedó la advertencia de que <<tenía que ponerse de pie ya mismo>>.

Se obligó a levantarse, sin importarle ser presa de un efusivo dolor y empezó a caminar con las piernas lastimadas.

Tenía que moverse, y eso hizo.

Un sonido agudo y molesto no dejaba de fastidiarle el oído derecho, debido a la gravedad con la que se golpeó la cabeza y cada vez más desesperada empezó a buscar a Isaac y Josiah, la decepción cayó como peso muerto cuando se percató que estaba sola en ese lugar.

Silencio.

Aquel silencio daba miedo.

Por instinto miró el arma en el suelo, la recogió, buscando algún peligro.

Emprendió la marcha nuevamente, caminó tanto como pudo, con la luna como única fuente de luz y el sonido del viento como compañía.

Era admirable que, a pesar del impacto, que fue brutal para ella, siguiera aferrándose a la idea de continuar cuando dar un paso más era como entrar al infierno.

Su ropa estaba llena de polvo y sangre.

Siguió, cada vez más histérica, forzándose a moverse. No iba a rendirse. Tenía que encontrar un camino. A una persona.

Así que caminó por minutos, y luego por horas.

Y cuando pasaron más y más minutos, hasta que Blair ya no pudo contarlos más se dio cuenta que, cada cierto tiempo pasaba por el mismo lugar. El aire se atoró en su garganta cuando tuvo una vista panorámica de sus alrededores. No estaba en un lugar abandonado, como había sido su primer pensamiento, ese no era un lugar cualquiera.

Estaba en un templo.

Y para su desgracia, ella había estado dando vueltas alrededor del templo, todo ese tiempo.

***

La próxima vez lo mataría, quebraría sus huesos lentamente, y lo mandaría como prisionero a alguna legión. Lo haría sin importar que fuera el príncipe del infierno. Lo haría por haberla tocado, y por haber tenido la osadía de llevársela.

—Quiero a todos los ángeles buscando a Blair Price, pidan refuerzos en cada legión si es necesario —dijo Ryker con voz ansiosa —. Lachlan, tus ángeles y tú se encargarán de cuidar la ciudad. Josiah, encabezaras la misión, Isaac, vas de buscador. Tienen órdenes de matar a cualquier demonio que interfiera durante el proceso de rescate.

Josiah y Lachlan asintieron.

Isaac no protestó esa vez. Quería ahorrarse cada pizca de energía para recuperarla. Le había fallado como protector, y como hombre. Él hizo una promesa que no pudo cumplir. Su única forma de sobrellevarlo era sabiendo que, aunque tuviera que morir, la encontraría.

Las alas de un ángelWhere stories live. Discover now