Perdida definitiva

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El trabajo de Vil avanzo, las sesiones estaban por finalizar al casi terminar la semana, mientras pudiera seguiría cuidando a Ortho antes de que se fuera al Valle de Espinas; las conversación con Floyd solo se aseguraban que debían hablar con Idia y obligarlo a tener una conversación con su hermano o en definitiva, seguirían los problemas.

Cuando Vil estaba en el trabajo, Ortho se la pasaba en la biblioteca de la ciudad, interesado en buscar las diferentes formas que había para ingresar a los Campos Elíseos, convencido de que si en la Isla de la Lamentación estaba la puerta al Tártaro, entonces debía de existir otra que diera a esos hermosos campos, ¿pero donde encontrarla? su familia una vez estuvo muy fuertemente aparentada con los dueños de Olimpus, eran en parte sus familiares muy, muy, muy pero muy lejanos y tal vez el parentesco de sangre estaba demasiado disuelta como para llamarlos familiares o ser reconocidos como tales, pero nada perdía si se ponía en contacto con uno de ellos y saber si sabían algo de la otra puerta.


—terminamos por hoy, Vil excelente trabajo como siempre—  hablo el director al terminar la sesión de fotos debido a la poca luz que había.


—disculpe, tienes una visita, Vil—  hablo la asistente que acompaño a Vil hasta su camerino.


Al abrir la puerta se encontró con un Caronte, el mismo que lo había secuestrado con el resto de los aquellos que entraron en overblot... y Grimm; prácticamente ese Caronte estaba escoltando a Idia; en ese momento el líder de Pomefiore quería golpearlo, no le importaba ser detenido en el intento, pero debía actuar de forma madura y profesional, tanto por su imagen como por Ortho que le estaba esperando en la biblioteca.


—¿qué quieres?—  cuestiono malhumorado.


—saber que le pasa a Ortho—  respondió con desanimo y con miedo a la reacción de Vil.


—¿no crees que es algo bastante tarde? por la bella reina, Idia, Ortho la esta pasando muy mal y tú... la manera en que lo tratas—  intento abstenerse de gritar pero no podía tan fácil  —el solo quería enseñarte algo que le estaba haciendo muy feliz, ¿y que hiciste?—


Idia sabía que lo había tratado mal, que había sido incorrecto la manera impulsiva en como había reaccionado pero estaba consciente de que también lo había echo porque estaba preocupado y temeroso de que algo le fuera a pasar a su hermano.


—¿cuando fue la última vez que lo viste llorar?—  como Idia se estaba quedando callado, apretó los dientes y golpeo la mesa  —¡¿tan si quiera lo vez como tu hermano menor?!—


—si lo hago—  una voz en medio del quiebre se hizo escuchar  —Ortho es...—


—no es el genocida que se le ocurrió abrir el tártaro, que te quede claro—  continuo con la voz alzada  —es quien puso a dormir a Cerberos, quien usa su rayo laser para arreglar varios de sus problemas, quien siempre salía a salvarte cuando te secuestraron en el campamento de Vargas, esa vez que te poseyeron los fantasmas o cuando esa novia loca se quería casar contigo... quien por verte feliz y libre de esa maldición intento reiniciar el cosmos... ese es tu hermano menor—


Como Vil esperaba, no hubo respuesta por parte de Idia; ahora entendía un poco porque Ortho ya no era tan insistente con su hermano, no tenía iniciativas, mucho menos riesgos, aceptaba todo tal cual porque nunca le dieron esperanza de niño, ya que Idia ya tenía un destino que seguir y continuar como el siguiente líder de S.T.Y.X.

Reconectando Recuerdos (Twisted Wonderland Disney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora