Desde que te conocí

204 24 0
                                    



Cuando te conocí no sabía muy bien por qué me sentía atraído a ti. Vi tu cabello rojizo recogido mientras preparabas la cena. Sentí un latido en mi corazón al mirar tus orbes doradas que no pude evitar sonrojarme. Pero claro, como niño para mí tú eras mi todo. El único que mi padre me permitía ver y que hacía de mi mundo un poco mejor. No entiendo muy bien qué pasó luego de eso. Pero sí sé que entre más crecía, más quería hacerte mío. 

"Perú", fue el nombre que pronunciaron tus labios, seguidos de un "Encantado, joven Rusia". Extrañamente hablabas mi idioma ahora que me doy cuenta. Yo era un niño que cuando apenas te vio sintió un tipo de conexión. Aunque creo que solo fue para mí. No importa cuando, no importa cómo, yo hacía todo tipo de cosas para llamar tu atención. Jugar, caerme, estudiar, ganar, llorar... Solo quería escuchar tu delicada voz mientras tu suaves manos me tocaban y revolvían mi cabello. O simplemente un "sana sana colita de rana.." era suficiente para mí. No obstante, siempre hubo un abismo que nunca pude cruzar. Todas las noches, tus cantos entraban por mis ventanas desde tu balcón o  el jardín. Solo caminabas y te quedabas observando a la nada. Casi como si solo esperaras que alguien te secuestrara o desaparecieras de ese lugar. ¿No sabes lo peligroso que es estar parado en la nada en medio de la noche? A pesar que la casa estaba rodeada de guardias, nunca es suficiente... *recordando el asesinato de su madre* Nunca lo es. La familia tiene muchos rivales y estar a salvo es como vivir bajo la mano de alguien que solo escribe nuestro guion hasta que se le acabe la tinta. Bajar a por ti con una manta o con un abrigo, se fue haciendo algo habitual... Mientras que tú solo me mirabas, con algo de risa probablemente porque el abrigo o la manta era mucho más grande que yo, luego entrabas conmigo a hacerme dormir. Dormir en tu pecho mientras escuchaba tus latidos me relajaban. Me hacían entrar en trance y dormía profundamente, tranquilo, pudiendo morir allí mismo pero escuchando cada uno de tus latidos que sincronizaban con los míos. Siempre me intrigó qué era lo que pensabas o si en algún momento te irías o desaparecerías. No quería pensar en lo último. Solo quería pasar contigo cada día, cada noche, cada segundo ser tu centro de atención. Ser tu mundo así como tu eras el mío. 

Sin embargo, entre más crecía, más te alejabas de mí. Eso comenzó a desesperarme. No supe cómo pasó tan rápido el tiempo, pero ya miraba por encima de tu cabeza y me di cuenta lo pequeño que eras, aunque tú ya no pensabas lo mismo de mí. Gracias a ti pude ir a una escuela pública como todos los demás, aunque mi padre no quería. Un día regresando, entre a mi habitación de lo más normal. Viendo los sillones, la cama, las mesas donde antes yo te encontraría contándome un cuento o simplemente jugando conmigo, ahora estaban vacías y pulcras. No entendía por qué ese repentino pero tortuoso cambio. Ahora solo escuchaba un silencio y ya no tus risas. 

Ojalá hubiese podido cambiar las cosas, ya sea durmiéndome, bañándome o haciendo cualquier otra cosa para no escuchar ese fuerte sonido que se escuchó desde tu habitación. Preocupado salí a ver lo que pasaba. Me dirigí a tu habitación y antes de que pudiese tocar, me di cuenta que las puertas estaban entreabiertas y dejaban salir un fuerte olor a canela y cantutas, un dulce olor que me pareció exquisito y embriagante. Pero justo antes de entrar, pronunciaste un nombre que me trajo a la realidad. "Urss" 

Allí entendí, que alguien había llegado a tu corazón primero.

Alguien que no era yo y que para colmo era mi padre.

Me hubiera ido y resignado, pero vi cómo te deshacías de tus prendas dejando ver ese hermoso cuerpo rojo con líneas blancas grabadas en tu piel, mientras tratabas de calmar tu problema allí abajo. No pude soportar solo verte. Quería tocarte y ser yo quien te cause tal placer, pero de repente volteaste y te percataste de mi presencia. Nunca te había visto tan rojo y descolocado como ese día. Solo sonreíste y te tapaste con una sábana, y, sin ser capaz de verme te escondiste en ella de la vergüenza.


Pero yo quería tocarte.... 




He vuelto :D

Estoy feliz, pero si me muero mejor :D

COMIENZA EL JUEGO ;) - Harem Perú x Todos - OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora