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Al despertar me encontraba en una habitación desconocida. Las paredes eran de ladrillos. La cama parecía haberse hecho en los años donde todavía gobernaba la realeza, al lado izquierdo había una mesita de noche y, al lado derecho había un espejo. La habitación era un poco pequeña, apenas para una persona.
Yo seguía sentada en la cama sin saber que hacer. No recuerdo nada, solo se que me quede dormida y resulte aquí.

Doy un suspiro de frustración.

—¡Daphne! ¡Ven aquí!—. Se escucha la voz de una mujer a lo lejos. Llamando a no sé quien.

Daphne.

Ese nombre lo he escuchado antes.

Daphne, Daphne, Daphne, Daph...

¡Espera! Así no se llamaba la protagonista de "Un demonio como esposo".

Me levanto rápidamente yendo hacia el espejo. Al estar parada frente a este veo una mujer de pelo negro, ojos azules, con un vestido un poco-muy-antiguo.

Describiendo al reflejo en el espejo, se parece un poco a Daphne de "Un demonio como esposo". Pero eso sería imposible... ¿cierto?

—¡Daphne!-. Entra una mujer a la habitación. Un poco enojada tal vez-. Te estoy llamando ¿te quedaste sorda?

...

—¡¿Y ahora por qué no respondes?!—. Exclama con frustración.
No sé porque esta enojada, ¡pero no tengo la culpa! ¡No sé qué esta pasando!

—Dios mío...—. Suspira—. Solo apúrate para ir a hacer las compras.

Compras... ¿por qué este diálogo es extrañamente familiar?

Al salir de la casa respiro un olor lleno de flores, muy agradable. A diferencia del hospital que solo olía a medicamentos.

Nunca había salido del hospital porque no podía hacer mucho esfuerzo, pero ahora estoy caminando, un poco más rápido, más rápido, un poco más.

—¡Daphne no corras! ¡Espérame!

Ni siquiera me di cuenta cuando comencé a correr pero es muy divertido. Disfruto de la brisa que golpea suavemente mi cara, el olor a flores, la risa de los niños jugando, todo es maravilloso. Hasta que siento que una mano me toma de la muñeca.

—Daphne por el amor de Dios. Ya no eres una niña pequeña para que andes corriendo de aquí para allá. Ahora toma—. Me entrega una bolsa—. Tú ve y compra las verduras y yo me encargó de las frutas.

La mujer comienza a alejarse hasta que logra perderse en la multitud. Al parecer esto es como una plaza.

Miro para todos lados para ver dónde pueden haber vegetales. Hasta que al fin encuentro un puesto y comienzo a caminar hacia allá.

Miro la verdura con atención sin saber cuales debería escoger.

No sirvo para esto.

En lo que sigo mirando, escucho una voz detrás de mi.

—¿Problemas con las compras?

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Hola gente.

¿Qué tal les pareció?

Si encuentran algún error avisenme, sigo siendo nueva en esto.

Sin más que decir que tenga un lindo día y no leemos en el siguiente cap.

Un Demonio Como EsposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora