Hiatus ❥ Inefable: Quédate Conmigo.

21

El guerrero Hwang subió a su caballo y montando como solo un soldado de guerra lo haría se dirigió al bosque, específicamente al claro donde Minho y Felix suelen esconderse, no podía creer que su amigo, su señor heredero, dejaría sus labores así como si nada, era simplemente impensable que Minho le fallará a su consorte cuándo este está pasando por un mal momento, Seungmin no despertaba aún y la preocupación volvía a vibrar en el aire, aunque la fiebre se calmó podría ocurrir que el omega platino no despierte.   
 
Llegó al camino del claro y siguió por el silencio sendero de altos árboles, vaciando por completo sus pulmones, exhaló para después tomar aire de vuelta en gran cantidad, encontró ese aroma conocido, la rara mezcla entre frescura y miel de cerezas, bajó de su corcel para caminar sigilosamente hasta el árbol del pecado, le llamaban así por una vieja historia de un antigüo líder que tuvo muchos amantes pero siempre le dió su lugar a la consorte elegida por la Luna, ese líder traía a cada uno de sus amantes a este árbol, un gran tronco de baja altura, con un buen espacio cómodo en el centro de sus ramas que lo cubrían con sus hojas, casi como un nido. La consorte de ese líder soportó por años las traiciones ya que ella era la que tenía todos los títulos, sus hijos eran los herederos y su familia estaba llena de gloria al ser la omega consorte.

Pero ella solo añoraba el amor leal de su esposo, que la marca en su cuello dejara de picar cuando su omega sentía a su alfa cogerse otro omega. Se llenó de odio, sin embargo, nunca tuvo el valor de hacer algo contra él, lo amaba más que así misma, su única salida fue quitarse la vida en el centro del árbol, dónde su alfa amaba a otros, solo en ese momento el alfa supo que había perdido lo más valioso en su vida.

Una leyenda sombría que debía asustar a muchos pero en otros provocaba el efecto contrario, lo llamaban el árbol del pecado porqué no había pasión que no cediera al descontrol en ese árbol. El heredero y su amante parecían tener esa absurda idea.

Justo como Hyunjin lo pensó, su amigo y el omega al que consideraba manada estaban en el árbol desatando los nudos que sostenían el buen juicio de heredero que su amigo había conservado hasta este día. Observando desde las raíces del árbol Hyunjin sacó una daga de plata de la funda de su pechera, subió por una rama gruesa y sin alertar a los amantes, se acercó, en un movimiento rápido jaló a Minho del brazo para después ponerle la daga en la garganta, empujando a Felix con su bota sucia lo mantuvo pegado contra una de las ramas.

—Hyunjin, ¿Que infiernos haces?— Felix le dijo, —la Luna te castigará por ofender a tu heredero.

Hyunjin sonrió presionando un poco más la daga en el cuello de Minho. —Si sabes qué Minho y yo estamos en la misma línea de herencia ¿No? Soy un heredero en mi manada, pero por alguna vaga y estúpida razón decidí dejar mi nombramiento para proteger a mi amigo “el gran heredero” de enemigos formidables y mira lo que terminé siendo, tu puta Nana, —soltó a Minho empujándolo fuera del árbol, el heredero apenas pudo reaccionar a tiempo para protegerse de una caída brutal.

Minho estaba sorprendido, Hyunjin no era un guerrero vulgar, muy pocas veces usaba palabras detonantes ofensivas, pero cuando lo hacía era una muestra clara de su molestia.

—¿Pasó algo? —Minho preguntó preocupado cuando se recuperó de la caída, Felix bajó del árbol y corrió a ayudarlo.

El guerrero Hwang rodó los ojos, —si, pasa que el heredero consorte está muy preocupado por su doncel que casi muere tratando de ayudarnos, ayudarte, y luego el heredero en cuestión desaparece para verse con su querido mientras los entrenamientos están desatendidos. ¡Por amor al viejo lobo! Ya déjalo Felix, difícilmente muera por caerse de un árbol.

El omega rubió que había estado sacudiendo la vestimenta de Minho apartó las manos, miraba al guerrero con desaprobación, —¿por qué estás del lado de esos omegas?