Romance bajo la luz de la luna

cap 3

Por su parte, Quackity había estado demasiado ansioso, si bien, era cierto que sus amigos le habían dicho que era debido a su regreso a Los Angeles, él sabía que eso no era precisamente lo que le pasaba, no quería asociar ese sentimiento a la idea de que fuera por aquel castaño que conoció en la cafetería, tanto por el hecho de que era un completo extraño no quería parecer un loquito; todos sabían que tenía cierta preferencia hacia los castaños, tanto que empezaron a pensar que era algo extraño, perturbador, talvez una obsesión, y puede que esto solo lo confirmara.

Le había contado a sus amigos sobre aquel encuentro, al principio se burlaron un poco de él, a lo que Quackity hizo un pequeño puchero, al final, Rubius (su mejor amigo) terminó aconsejándole que intentará buscarlo, talvez y tenía suerte.

Termino en casa de Rubius, solo porque su hermanito "Merlon" se lo había pedido, ambos se llevaban muy bien, casi juraría que prefería a Rubius antes que a él.

Estuvieron platicando un rato, al menos hasta que llego el hermano mayor de Rubius, Wilbur. Aquel chico tenía cierta atracción y gusto hacia Quackity, no llegaba a ser intenso, aun así, el azabache se podía llegar a sentir algo incómodo, sabia que Rubius apoyaba aquella intención, sabia que no lo hacía con malas intenciones, ciertamente estuvo bastante tiempo pidiéndole que le diera una oportunidad a su hermano; antes de su encuentro con cierto castaño, se había planteado la idea de darle una oportunidad a Wilbur, así que tomó el encuentro con Luzu como una señal del destino, o al menos intento pensarlo así, la idea de obsesionarse con un desconocido no era la mejor.

-¡¡QUACKITY!!- grito Wilbur, pasando de largo a su hermano, casi corriendo a abrazar a Quackity, hizo un ligero movimiento de mano para saludar a Merlon.

-Hola- respondió algo nervioso el azabache - ¿Cómo haz estado? - alejo un poco al de mechón blanco.

-Muy bien, me alegra que estés aquí- sonrió mostrando los dientes

-"Hola hermanito, que bueno verte"- Hablo Rubius, haciendo comillas con sus dedos y bromeando.

Wilbur lo volvió a ignorar -Escucha, Quackity, estaba pensando - Fue interrumpido.

- ¿Acaso piensas? - bromeo Rubius.

Quackity soltó una pequeña risita ante aquello.

El de mechón blanco rodó los ojos -Sí, si pienso- volvió a mirar al azabache - Talvez podríamos ir a comer o por un helado- lo tomo de los hombros y se acercó a su oído, susurrando le dijo - No es necesario que Rubius venga-

Quackity volvió a alejarse -Eres muy amable, pero tengo algo que hacer- tomo sus cosas, agarro a Merlon de la mano y camino hacia Rubius -Talvez otro día-

- ¿Vas a seguir mi consejo? - pregunto el de ojos esmeralda.

Quackity asintió, se despidió de todos y se apresuró a salir de aquella casa.

Talvez le había mentido un poco a su amigo, aun estaba dudoso, sin embargo, era algo que hacía que su corazón latiera más rápido, además de sentir cierta presión extraña en su estómago, talvez lo haría, pero primero debía llevar a su hermano a clase de pintura.

(...)

Una vez que estuvieron frente a aquel hermoso teatro en el que estudiaba pintura, Merlon bajo del auto, no sin antes despedirse de Quackity.
-¡¡Recuerda portarte bien y no hacer ninguna travesura, pasare por ti en 2 horas!!- Grito el pequeño azabache desde el auto.

Realmente no estaba convencido de que fuera buena idea dejar a un niño pequeño en un lugar solo, aun más si no conocía a su maestro. Estuvo apunto de entrar, sin embargo, recordó las palabras de sus padres, "Esta realmente seguro, nosotros conocemos muy bien a su maestro, es de nuestra total confianza. No vayas a hacer alguna escena, no queremos que piense mal, además, Merlon ama ir ahí" . Mordiéndose el labio, encendió el auto y salió de ahí. Era momento de buscar algo.

Merlon entro muy feliz al aula de pintura, realmente era su actividad favorita y más con el agradable maestro de pintura que tenía. No había nadie en el salón, por lo que salió a mirar, el coche de Quackity apenas había arrancado pues estaba dando vuelta en la siguiente callé, miro al lado contrario y ahí estaba, su maestro de pintura, le hubiera gustado que conociera a su hermano, sabia que estaba un poco preocupado, pero pronto se quitó esos pensamientos; era una lástima que no se hubieran conocido, pero ya habría oportunidad para eso, ¿Verdad?.