CAPÍTULO 7*La vuelta a casa*

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-Hola, ¿Qué tal?- dije entrando a la guarida.

-Que bien te ha sentado esta mañana Ada-sonrió Alondra.

-Que guapa Ada-me analizó Adrián.

Algo en la sala se volvió incómodo, quizás la mirada de Jael en mi espalda o quizás la cara de celos de Sasha que de inmediato hizo que se quitara de sus piernas y se sentara en un sillón aparte.

-¿Queréis algo?- cambió de tema Wendy-. Mirad lo que he comprado hoy.

Wendy se fué del salón y trajo un cuadro grande donde aparecíamos todos sonrientes.
-Que bonito- sonrió Jael.

-Precioso pero, ¿cómo puede ser que salga yo si no me he hecho ninguna foto con vosotros?- pregunté.

-¿Recuerdas la sesión de fotos de esta noche?- me recordó Alondra-. Pues Wendy con sus dotes informáticos lo ha logrado añadir.

Wendy colocó el cuadro en una pared vacía.En el cuadro aparecían Wendy y Alondra en una de las esquinas, Adrián en el centro y Jael y yo en otra esquina con mi brazo en su hombro.
Para matarlas.
-Yo no sé qué hago aquí, me voy y tú vete a la mierda que me tienes ya muy harta- salió Sasha de la guarida dando un portazo.

-Que pesadilla de mujer, menos mal que se ha ido- respondió Adrián recostandose bien en el sillón.

-A veces eres un niñato- respondió Jael indignado.

Incómodos por la situación, el silencio se apoderó de la guarida de nuevo hasta que decidí hablar.

-¿Qué hora es?

-Las nueve- Alondra miró su móvil-.¿Por qué?

-He estado pensando en que debería entrar a casa a coger algunas de mis pertenencias más necesarias.

-¿Eso no es muy arriesgado?- cuestionó Jael a mi lado.

-A esta hora no tanto- todos me miraban dudosos-. Al menos coger alguna de mi ropa, dinero y documentos.

Todos se miraron entre ellos siendo conscientes de que era algo necesario pero bastante arriesgado.
-Quedamos en una cosa, nosotros te esperamos fuera y prométeme que va a ser rápido- me miró preocupada Alondra.

-De eso nada, yo entro con ella- Jael me puso una mano en la pierna.

-No, tú te quedas fuera- respondí-. Además de ser aún más peligroso, no me puedes ayudar en nada ya que no sabes dónde está ninguna de mis cosas.

Jael suspiró sin estar muy de acuerdo con la situación.
-De acuerdo, vamos antes de que sea más peligroso- se levantó de la silla.

***

Adrián y Jael me estaban alzando cogiéndome de los pies intentando que consiguiera saltar al patio y de allí, tener acceso a toda la casa.
Todo se veía sin vida cuando al fin, pude saltar al patio y abrir la puerta que daba a la cocina donde sin demorarme, subí las escaleras que llegaban a mi habitación.No había nadie en casa y eso era una clara ventaja aunque aún así decidí ir sin hacer ruidos mientras guardaba parte de mi ropa y dinero en una bolsa que encontré a mi paso.
-Ving, soy yo Ving- susurraba buscando lo último que me faltaba por llevarme.

-Ving, ¿dónde estás?- lo buscaba mientras bajaba por las escaleras.

-Ada- dijo alguien a mis espaldas.

Mi respiración se volvió agitada cuando pensé: " la he cagado", "todo esto para nada"....
-Ada, soy Virginia tranquila- me giré y la ví alumbrada por la luz de la luna-. Estamos solas.

-Virginia, ¿tú no te habías escapado?.

-Me encontraron y la venganza ha sido lo peor- bajó algunos escalones-.¿Dónde has estado?

-En una casa junto a un hombre y a su madre.

-¿Estás bien?

-Por ahora sí.

Se veía extraña aunque no sabría decir el porqué.
-Es mi cumpleaños número dieciocho.

-Ostras, es verdad, felicidades tía- le abracé-. Te quier...

-Huye, tía huye antes de que sea tarde.

Virginia se quedó petrificada en medio de la escalera escuchando el sonido del coche de Isabel llegando a casa y yo, escapé corriendo hasta llegar al patio donde después de subir a una maceta, intenté salir sin éxito.

La puerta se abrió e Isabel se quedó quieta en la puerta observandome antes de correr a mi encuentro tirándo de mis piernas para que no pudiese salir, hasta que le di una patada en la cara haciendo así, lograr cayendo así sin ayuda al otro lado de la pared donde todos me esperaban charlando excepto Jael y Adrián que parecían estar discutiendo.
-Corred por vuestras vidas- grité.

La puerta por donde salió Isabel se escuchó cuando nosotros ya habíamos llegado a la guarida cerrando a nuestro paso el cerrojo.
-¿Qué ha pasad...- preguntó agitada Alondra.

En ese momento lo vimos.

El hermoso cuadro que habíamos puesto justo antes de salir, estaba roto con sangre salpicada por el cuadro y un mensaje grafiteado en la pared.

O TE RINDES O LA GENTE DE TU ALREDEDOR IRÁN DESAPARECIENDO POCO A POCO SI NO, PREGÚNTASELO A SASHA.

ATENTAMENTE: OSSIAN.

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