soy tu madre
Era una mañana demasiado agradable para esto. Sería más apropiado si las nubes estuvieran cargadas de lluvia o tal vez si hubiera solo un poco de niebla a primera hora de la mañana.
No en este brillante y alegre día de verano. Kushina trazó el nombre en la piedra una vez más. "Por otra parte, siempre te encantó el verano, ¿eh Mikoto?" Llevaba poco menos de una semana siendo Hokage. Y finalmente había llegado a la lápida conmemorativa. Cuando descubrió que todos los Uchiha, excepto Sasuke e Itachi, estaban muertos, se le rompió el corazón. Para empeorar las cosas, fue por culpa de Itachi que todos estaban muertos y que Sasuke estaba en el hospital. Ella se había apresurado a verlo primero, por supuesto, ese era su ahijado allí.
Encontró otro de los sellos malditos de Orochimaru y lo quitó mientras dormía. Ella era la Hokage ahora. De modo que podría hacer que una servilleta fuera jurídicamente vinculante incluso si fue firmada hace casi trece años. Y para empeorar las cosas, Minato también se había ido. Pero ella sabía que lo había visto morir.
Un pensamiento cruzó por su mente acerca de intentar traerlo de regreso para aprender el Jutsu que Orochimaru usó para traer de vuelta a los otros Hokage.
Pero al igual que a ella cuando perdió su aldea, el dolor se desvanecería con el tiempo. Aún así, su casa se sentía vacía sin Minato. Con suerte, una vez que Naruto regresara, se sentiría más como un hogar. "¿Vienes aquí a menudo Kakashi?" Kushina preguntó en voz alta cuando lo vio caminar hacia la piedra a su lado. Kakashi se puso de pie arrastrando los pies por un momento. Todavía le resultaba extraño verla viva. Y como el Hokage.
Él siempre pensó que ella era demasiado inmadura para ser el Hokage. "La mayoría de las mañanas sí. Me ayuda a pensar hablar con ellos". Kushina se levantó y resopló. "Los muertos son terapeutas de mierda". "¿Es por eso que hablas con ellos también?" Kakashi arrastró las palabras mientras daba otro paso más hacia la piedra. Repasó el nombre de Minato por un momento.
"Para que conste, lo siento, debería haber estado allí para Naruto cuando él lo estuvo". Kushina sopló una frambuesa para interrumpir a Kakashi. "¿Qué te hace pensar que querría que criaras a mi hijo? Cuando tenías trece años eras un niño destrozado que terminaba en el hospital en cada misión porque eras demasiado imprudente. Y lo único que ha cambiado es que ya no eres un "Ya no tomas media pinta y has empezado a leer pornografía". Kakashi sólo pudo reírse ante el hecho de que realmente no tenía defensa. "¿Es por eso que encontré a tu asistente comprando la edición de colección hace dos días?"
Kushina sintió que se le erizaban los pelos. "No sé de qué estás hablando, lo que hace Tayuya en su tiempo libre es asunto suyo." "Ajá, claro." Kakashi prosiguió arrastrando las palabras y movió su mano hacia el nombre de Obito. Kushina giró sobre sus talones haciendo que su largo cabello se agitara detrás de ella. "Intenta seguir adelante, Kakashi, a Minato le gustaría que lo hicieras".
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"Tayuya, ¿cuándo es mi próxima cita?" Kushina murmuró en su escritorio. Tenía buenos recuerdos de este escritorio. Después de todo, ella tenía Sexo con Minato. Era extrañamente cómodo cuando no había ningún papeleo al respecto.
Tayuya saltó ante el tono repentino, todavía fue un shock para ella pasar de ser el leal perro faldero de Orochimaru a ser la asistente del Hokage, quien resultó ser la dama cuyo cuerpo Orochimaru había estado usando durante años. Fue jodidamente extraño. "Oh uh, veamos aquí. Uhh, programaste una reunión con el Equipo Diez en aproximadamente dos horas.
Y luego de eso, ¿ehh, el Equipo Siete sobre las dos?" ¡Kushina sonrió al saber que tenía dos horas! Había decidido reunirse personalmente con todos sus shinobi, por lo que durante las próximas semanas iba a estar un poco ocupada. "Hmm, me pregunto si Kakashi llegará a tiempo." "Será mejor que lo esté, es nuestra última cita". Tayuya salió disparado sin pensar. "Oh, me refiero a Frick. Lo siento, señora".
