Amor Eterno - Temporada Dos

Capítulo 9 - Almas gemelas

- Y bien - comenzó a decir Kano-chan con voz suave. - Ahora que hemos solucionado lo nuestro, ¿qué vamos a hacer con toda la situación de Moa y Su?

Debo admitir que tengo una idea para plantearle a mi amada mejor amiga acerca de cómo continuar con nuestras novias. Pero por ahora, con una mezcla de preocupación e intriga decidí preguntar:

- ¿Has hablado con ellas en este último tiempo?

Ella suspiró, desviando la mirada antes de responder con sinceridad.

- No, no las he visto por varias semanas ni hablado con ellas ni siquiera por mensaje. Hace un mes que no voy a los ensayos, mucho menos a pasar mi tiempo libre a la casa de Moa como lo hacía siempre. He de confesar que sufrí mucho. Pelearme contigo, me destruyó

- Kano-chan... - suspiré conmovida.

- Tranquila. Afortunadamente ya hemos resuelto nuestros problemas y ya me encuentro con mi ánimo y mis energías renovadas - dijo ella, alzando un puño en alto con decisión y con una enorme sonrisa dibujada en su bello rostro.

- Jeje, que lindo es volver a verte feliz. - sonreí genuinamente alegre por mi mejor amiga. - Déjame contarte que no pude enfrentar la idea de verlas a Su y Moa, ni a ti, después de todo lo que me habíamos pasado aquella fatídica noche. Es por eso que hice exactamente lo mismo que tú. Yo tampoco he ido a los ensayos durante todo un mes.

Kano, contenta por la coincidencia y sintiéndose aliviada de que ambas hayamos tomado la misma decisión, compartió conmigo:

- Ah, lo que sí hice fue hablar con Koba. Le dije que tenía una fuerte gripe y que me iba a tomar un tiempo fuera

- Jeje, es increíble - musité sorprendida y divertida. - Me sorprende lo mucho que nos parecemos. Yo también hice eso

- Hey, ¿por qué te sorprende? - indagó con tono jovial. - Somos almas gemelas después de todo, ¿o acaso ya lo olvidaste?

Las palabras de Kano resonaron en mi corazón de manera especial.

- Lo somos, mi hermosa y ruidosa compañera de locuras, lo somos - respondí, fundiéndome una vez más en un tierno y cálido abrazo con ella.

Kano-chan intensificó su agarre, y su voz cargada de pesar, se hizo escuchar en la habitación.

- Moa-sama y Su-sama deben estar muy preocupadas por nosotras...

- Sí... - asentí con una pesadez palpable en mi ser.

- ¿Qué haremos, Momo-chan? - la angustia se reflejó en la voz de mi mejor amiga.

- Mira. Antes que nada, déjame decirte que este último mes que pasó yo también sufrí mucho - comencé diciendo con sinceridad, mi voz resonando con toda la carga emocional que he llevado conmigo durante cuatro largas semanas.

- Momo-chan... - Kano murmuró suavemente con tristeza.

- Pero el tomarme un tiempo fuera me permitió pensar, analizar y reflexionar las cosas con calma

- Sí, a mí también me vino bien el tiempo fuera

- ¿Y sabes qué? Pude comprender muchas cosas a lo largo de estos días. Dudé por unos momentos, pero ya no más: Yo, amo con todo mi ser a Su. Y no tengo dudas de que mi Senpai, me ama con todo su ser a mí

- ¡Y Moa me ama con todo su ser a mí y yo ella! - mi mejor amiga, emocionada, interrumpió con alegría en su voz y su rostro iluminado.

- Así es, Kano-chan. Debo admitir que me ha costado mucho entenderlo, pero estabas en lo cierto

- ¿Qué quieres decir con eso? - preguntó ella, confundida e intrigada.

- Quiero decir que el amor que siento por Su, y el que ella siente por mí, es un amor eterno. Lo mismo se puede decir del amor entre Su y Moa - con una expresión serena, respondí. - Ahora comprendo, puedo entender perfectamente, que eso de amar a dos personas al mismo tiempo es algo totalmente plausible - cerré mi frase con determinación, tratando de transmitir la aceptación que había alcanzado, reconociendo la complejidad y profundidad de los sentimientos entre Su y Moa, y entre Su y yo.

- ¿¡En verdad!? - Kano-chan expresó su sorpresa.

- Sí, quiero decir... comprendí que no tengo que sentir celos de Moa, ni ella de mí. Su nos ama a ambas por igual. ¿Por qué habría de hacer elegir a mi Senpai entre el amor de Moa o el mío? Eso, la devastaría

- Yo opino exactamente lo mismo, Momo-chan. Definitivamente, somos almas gemelas

- Lo somos. Y creeme que eso es lo que ahora realmente pienso. Forzarlas a elegir entre un amor u otro sería hacerles...

- ... hacerles una canallada - intervino mi mejor amiga para completar la idea.

- Exacto - asentí con mi cabeza.

- Mira, Momo-chan. Yo el único problema que encuentro con toda esta situación en la que nos encontramos es que ellas no nos han revelado su amor frente a frente, cara a cara. Quiero decir, si ellas hubieran hablado desde un principio con nosotras acerca de la relación amorosa que llevaban a cabo...

- ... tú y yo las hubiéramos comprendido y aceptado desde el principio - ahora fue mi turno de intervenir para completar su idea. Kano sonrió ya que iba a decir exactamente lo mismo. Almas gemelas. Ya quedan dudas que somos almas gemelas. - Bueno, a mí me hubiera tomado algo más de tiempo que a ti aceptarlo, como bien queda a la vista, jeje - agregué jocosamente.

- Jeje, es cierto. Que bueno ver que ahora te lo tomas con humor

- Sí, a mí también me alegra ahora poder tomármelo de esa manera. Pero oye, estoy verdaderamente convencida de que yo hubiera comprendido la situación al cabo de un tiempo, como lo he hecho finalmente con el paso de este último mes, si ellas nos hubieran confesado la relación de amor que mantenían

- Estoy segura que sí, Momo-chan

- Sabes, la verdad es que sin Su, sin Moa, y sin ti, no puedo ni quiero vivir. Perderlas es lo último que quiero en esta vida, las amo con toda mi alma - confesé emocionada, tomando sus manos.

- Me pasa lo mismo que a ti. Sin ustedes tres, y no nos olvidemos de la hermosa y torpe Riho... - una leve carcajada escapó de mis labios al recordar todas y cada una de las veces que nuestra senpai Riho fue a parar al suelo debido a su torpeza innata. Mi mejor amiga también lanzó una leve risa al aire y luego redondeó su idea. - ... mi vida sería mucho más oscura y triste. Las amo, las amo con toda mi alma - expresó Kano-chan apretando con fuerza mis manos con las suyas, totalmente conmovida.

Ambas compartimos una cálida mirada y una bonita sonrisa cómplice, reconociendo la conexión especial que tuvimos, tenemos y tendremos. Las dos reconocimos la sabiduría y comprensión que yo había ganado a lo largo de las últimas cuatro semanas. Una comprensión que costó dolor y muchas, muchas lágrimas, pero que ha llegado a mi vida para darle un giro total y cambiarla por completo. Tengo miedo, no lo negaré. El futuro es algo incierto, pero junto a todas y cada una de las chicas y el amor de nuestro a lado, nada es imposible.