III | Los malos días

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INICIO DE PRE-TEMPORADA, BAHRAIN
FEBRERO 22 DE 2024
SIETE DÍAS PARA EL INICIO DE LA TEMPORADA
SEGUNDO DÍA

Charles se convence a si mismo de no lanzar el casco contra el suelo del garaje luego de ver a Max llevarse el mejor tiempo del día, pisoteandolo, dejándolo en el estúpido segundo puesto, sin la posibilidad de repetir la escena del día anterior solo porque el neerlandés esperó hasta el último momento del día para hacerse el importante con un par de movimientos arriesgados en las curvas donde fue más rápido que el Charles de ayer.

Putain d'idiot —ladró, ignorando las caras a su alrededor, le daba igual que alguien allí entendiera francés y supiera lo que dijo. [Maldito idiota]

—Ese vocabulario —regañó Carlos pasando por su lado.

— ¿Sabes francés? —preguntó con confusión genuina.

—No, pero estas viendo a Verstappen, y tienes esa cara, y eso salió como un gruñido —Charles negó mientras se echaba sobre una silla al lado de su compañero—. Deja que por hoy gane y olvídate de él, vamos a beber más tarde con los chicos y ya.

— ¿Cuáles chicos? —preguntó interesado.

—Lando y Pierre —Charles sonrió mientras asentía—. Puedes llevar a tus cachorros si quieres.

— ¿Cachorros? —confundido mira a Carlos que le hace esa expresión de "no es obvio".

—Oscar y Logan, están detras de ti como si fueran tus pequeños niños y fueras la niñera —Charles se ríe, argumentando qué está exagerando—. De verdad, Charles, ¿desde cuando son tan cercanos?

—Dos meses, tres ya casi —la mirada de Carlos es de incredulidad—. En Vaduz Lando y tú desaparecieron, Oscar inició un tema de conversación y fue bueno, luego el me agregó a un chat con Logan y durante las fiestas estuve en contacto con ambos.

—Técnicamente, Logan y tú, más bien fueron amigos virtuales todo este tiempo —Charles asintió con una sonrisa.

—Si, en un sentido estricto, si.

Charles se pierde un instante mirando hacia la distancia, allí donde ve a Max bajarse del monoplaza y sacarse el casco, Sergio lo saluda, seguramente lo felicita por su nuevo récord y luego Max se quita la balaclava. El cabello rubio esta desordenado, apunta a todas partes y el sudor lo hace brillar bajo el sol de tarde en Sakhir. Su respiración se detiene un segundo, Max lo mira a la distancia y está lejos, bastante, pero él puede sentir su mirada y Charles sabe que está sonriendo ahora solo para él, para que lo vea.

—Ya deja de verlo así —dice Carlos a su lado, haciéndolo espabilar y sentirse atrapado.

— ¿Así cómo? —pregunta preocupado, pero Carlos se ríe de su reacción.

—Parece que quieres matarlo —Charles se relaja en la silla, deslizándose más abajo, mortificado ante sus propios pensamientos de los cuales Carlos es ajeno—. De verdad que necesitan relajarse, o no, peleen para soltar esa energía o lo que sea, ya sabes, una catarsis.

—Si entre Max y yo hubiera una catarsis de emociones reprimidas, no sería en un combate cuerpo a cuerpo, al menos no con la violencia y eso —dice, demasiado pronto, demasiado tarde para retirar las palabras se da cuenta de lo que dice.

— ¿Ohhh? —Charles se quiere morir porque la cara de Carlos es tan sucia como sus pensamientos en ese momento—. Ohhh.

— ¡No así, bruto! —y lo palmeó en la base del cuello donde el sonido resonó con eco—. ¡Deja de reírte!

Probabilidad de caos | Lestappen  Where stories live. Discover now