𝐈𝐗

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Evelyn jugaba con sus manos, sentía su cabeza dar mil vueltas

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Evelyn jugaba con sus manos, sentía su cabeza dar mil vueltas.

Luego de irse de la casa había caminado al menos unos veinte minutos hasta que llego a un arroyo, el cual la hizo detenerse y decidió quedarse ahí, el sonido del agua había logrado relajarla pero aún seguía sin creer lo que estaba pasando.

Quizá era una estupidez o era la carga de información que estaba teniendo pero había comenzado a llorar, no tenía una razón exacta pero dejo que las lágrimas cayeran.
Los pensamientos iban y venían, algunos delirantes otros con mucho sentido, ella simplemente se dejaba ser, sabía que lo que le pasaba no tenía ningún sentido, es más, se sentía en un sueño, en unos de esos que solía tener cuando era pequeña.

Sutiles sonrisas se le escapan al recordar eso.
¿En que se estaba metiendo?
¿Era una mala pasada que su cabeza le hacía?
¿Se estaba volviendo loca?

No lo sabía.

Pero lo que si sabía es que tenía que tomar una decisión.

Quedarse o irse.

Por mas que quisiera negarlo, irse había sido lo primero que pensó al ver a Paul convertido en un lobo, correr a agarrar sus cosas e irse a la mierda, porque todo eso era una locura. Por eso mismo decidió ir a caminar, no quería tomar decisiones de las que después re arrepentiría.

Si por ella fuera ya se habría ido, pero había algo que no se lo permitía, una sensación en su pecho que hacía que dudara.

Y no solo eso, también estaba Paul, de quien se había enamorado, por mas que quisiera, se le haría imposible volver a alejarse de el.  

Se recostó en el pasto mirando el nublado día, muy suaves gotas caían pero no eran nada molestas, o al menos no era algo en lo que Evelyn pensara.

- Solo una señal, algo simple para decidir que hacer - le habló a la misma nada -

Un suspiro se le escapo y sus ojos se cerraron, disfrutando el silencio total.

No habrá sido mucho tiempo después cuando sintió algo sobre su mano derecha.

Era una mariposa

Lentamente se levanto, sin mover su mano, y se quedo observando al hermoso animal, este simplemente movía sus alas, sin levantar vuelo, manteniéndose quieta sobre el dedo de la joven.

Es un si

Evelyn sintió movimientos sigilosos detrás de los arboles, como si la estuvieran vigilando, y sin levantar demasiado la vista observó un pelaje gris moverse.

Era su chico.

- Puedes salir Paul - dijo en un tono alto mientras seguía observando a la mariposa -

Luego de unos segundos vio al moreno salir con unos pantalones de mezclilla, pudo ver tristeza en sus ojos pero en cuanto la observó a ella, estos brillaron y eso no fue un detalle mínimo para Evelyn.

- Deberías ser mas disimulado - bromeo la joven -

- Contigo no puedo - habló Paul, dándole otro sentido a sus palabras - estaba preocupado.

Aquellas palabras hicieron a Evelyn sonreír.

- Ven - lo invitó -

El moreno sin dudarlo fue hasta ella y se arrodilló frente a ella.

- Yo realmente lo lamento, se que debería habértelo dicho antes, pero tenía miedo de que te asustaras y te alejaras - comenzó a explicar exasperado - yo realmente no se que haría sin ti, en este tiempo le diste un giro a mi vida y si, es porque eres mi Impronta, pero yo me enamoré, hasta del más mínimo detalle de ti.

Evelyn no pudo evitar sonreír mientras escuchaba a Paul tratar de explicarle todo, le hablaba como si ella en cualquier momento se fuera a ir corriendo.

- Paul, amor - trato de calmarlo - tranquilízate - se arrodilló al igual que el y acarició su mejillas - no me voy a ir.

- Me dijiste amor - Evelyn casi se muere al ver como los ojos del moreno brillaban - ¿no estas enojada? - pregunto como un niño -

- Nunca me enojaría contigo - le dio un casto beso - ahora escúchame - Paul la miraba con completa atención - yo salí porque, no te lo voy a negar, me tomo por sorpresa y me descolocó el enterarme de que eres un lobo, y en principio pensé en irme.

Evelyn sintió como todos los músculos de Paul se tensaban.

- Pero lo medite y decidí no hacerlo, porque al igual que tu, me enamore - confesó mientras dejaba suaves mimos sobre el rostro de Paul - no me imagino una vida sin ti, y el solo hecho de pensar en eso me genera rechazó, yo te amo Paul.

Sin pensarlo mucho el moreno se acercó a su rostro y beso su labios.

El beso era fluido, ambos disfrutaban del otro y ahora que eran conscientes de sus sentimientos, se sentía diferente, más especial.

Las manos de Paul viajaron hasta la cintura de Evelyn y las de ella se mantenían en el cuello del moreno, el aire comenzaba a ser necesario, lo que causó que se separan, pero sin acortar la distancia de sus cuerpos.

- Yo igual te amo Eve, y no tienes idea de cuanto - habló el moreno, perdido en los labios de la castaña - sera mejor que vayamos a casa - volvió a darle un corto beso -  en cualquier momento empezara a llover.

Evelyn asintió, ambos se levantaron y comenzaron a caminar, Paul había entrelazado sus manos y la castaña trato de ocultar su sonrisa por la emoción.

Socium | P.LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora