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No olvides sonreír. Es lo más sincero de tu existencia. 

Taemin Lee.

Los gritos de mi padre me despertaron, parecían que están matando a una persona o que la casa se estaba quemando. Bajé corriendo las escaleras descalzo y con mi pijama azul de rayas.
«Este hombre no duerme»
— ¿Ahora qué, papá? —di un pequeño bostezo y restregué mis ojos.
— Hijo Tiffany  te vino a recoger para ir al colegio juntos, te quedaste dormido.—puso la peor cara de cómplice que verán en su vida. Se lo que está pasando ahora mismo por su cabeza.
«Nunca se va a cansar de buscarme novias»
Era un caso sin remedio, de igual forma me gustaba verlo feliz.
Subí las escaleras nuevamente corriendo,me di una ducha rápida, me coloqué mi camisa de cuadros junto a mi pantalón oscuro. Guardé  todos mis apuntes en la mochila. Agarré una tostada de la encimera y salí apresurado. No tenía mucho tiempo.
— Se te pegaron las sábanas hoy. —se burló Tiffany  recostada a una columna. Tenía una amplia sonrisa.
Es una chica hermosa e inteligente. Su cabello rubio siempre estaba en una alta coleta, vestía con tonalidades entre blanco y rosado. Parecía una princesa sacada de un cuento de hadas, pero por más que lo intento nunca he visto en ella algo mas que una amiga.
— Resulta que ayer me dormí muy tarde. —le ofrecí mi brazo y está lo abrazó para comenzar juntos a caminar.
— No me lo creo —una enorme carcajada escapó de sus labios—. ¿Tú Taemin Lee se acostó tarde? Si me dices que también viste porno te compro un castillo. 
Arrugué la nariz.
— No te burles, ayer en la noche fui a una cena con la futura novia de papá —por llamarla de algún modo—. Resulta que nos cogió mi tarde y me pase la noche hablando con… adivina quién.
— Venga Tae, no soy adivina —tiró de mi brazo—, sabes que odio que me dejes con la intriga.
— Minho Choi .
Se detuvo en seco y abrió los ojos como platos. —¿Cómo qué con Minho?
— Vamos camina que llegaremos tarde —agarré su mano entrelazando nuestro dedos, las personas pensarían que éramos una pareja perfecta, pero en realidad nos llevamos muy bien—, resulta que Minho es sobrino de Amber…
— Y Amber viene siendo la futura novia de tu padre —me interrumpió.
— Así es  —afirmé— ¿Lo que no entiendo es por qué dices que Minho es malo? Anoche me pareció un chico con falta de atención.
— Tae no caigas en su jueguito. —comenzó hablar— Minho es retorcido, juega con tu mente y te manipula a su antojo. Si ayer te trató bien es porque querrá algo de ti.
— A mí me pareció un chico triste que necesita ayuda.
— Ayuda vas a necesitar tú si llegas a confiar en él —soltó mi mano, se que estaba molesta—, Tengo que volver a repetir el cuento de que estaba con dos hermanas a la vez, que jugó con ellas, o que se grababa con su antigua novia y cuando terminaron lo publicó en las redes…
— Y no olvidemos el rumor de que se folla a la profesora de Idioma —hablé antes de ella porque ya me sabía el final de su discurso sobre Minho.
Rodeé los ojos.
— Que bien que te lo sepas de memoria.
«Ni que se fuera a fijar en mi»
— Tú no paras de hablar de él.
— Tampoco es así —protestó y corrió hasta el instituto, ya quedaba muy cerca.
— Serás mala Tiffany  —reclamé y comencé a correr en la misma dirección.
—Te gané —se burló como una niña chiquita.
— Claro… tramposa… —intenté hablar pero estaba muy agitado.
— Eres muy débil, Tae —me dió una palmada en los hombros—. No fue para tanto.
— Confirmo, soy antideportista. —mi respiración poco a poco volvió a su ritmo.
— Deberías ejercitarte más.
— Entre los estudios no tengo mucho tiempo.
— Puedes apuntarte al equipo de fútbol o de baloncesto.
— Estaba indeciso entre el club de ajedrez o la natación.
— Si también puedes quedarte hasta tarde con los nerds en la biblioteca —se burló de manera irónica—. ¿No estarás hablando en serio?
— Siempre me ha gustado nadar pero mi padre dice que es una perdida de tiempo y que no ayuda en los estudios.
— Joon-gi y sus ideales.
— Deberíamos entrar ya.—sugerí.
— Tae voltea lentamente…
Aún no conozco la persona que escuche esa frase y lo haga, es imposible. Me giré rápidamente chocando contra Minho nuestras miradas se cruzaron y ahí estaban esos ojos tan bonitos pero a su vez muertos, vacíos sin ninguna emoción.
— Lo… lo siento no te ví.
Nada ni un hola, un buenos días un nada. Pasó de largo y se perdió por los enormes pasillos cargados de estudiantes.
— Al parecer no son tan amigos —comentó Tiffany  en mi oído.
— Mejor así —me incómodo que me evitara—, después de todo no es una persona a la que puedas tener de amigo.
— Yo tengo Historia ahora ¿y tú?
— Tengo matemáticas, nos vemos luego —asintió y se marchó alcanzando a su grupo de amigas.
Entrando en el salón comprendí que hoy definitivamente no era mi día de suerte. Solo había un puesto libre y era junto a él.
«Sonrié y a la mierda todos»
Tomé asiento a su lado saqué mi cuaderno, agarré mi bolígrafo y lo lleve a mi boca. La profesora inició su clase e iba indicando algunos ejercicios.
— Buenos días Lee —susurró bien bajito para que solo yo escuchara.
— Ahora si me saludas, Choi  —emité su tono de voz—. Hace un momento era invisible.
— Lo siento tengo un mal día.—empezó a dibujar trazos sin sentidos sobre su cuaderno.
— ¿Y eso te da derecho de ignorame cuando quieras?
Abrió la boca para contestar pero su teléfono emitió una notificación, la revisó rápido y su boca se curvo en una media sonrisa—. Necesito salir de aquí —levantó la mano—. Profesora puedo salir un momento.
— Cuando suene el timbre ahora lo único que debes hacer es responder todos los ejercicios.
— Zorra —maldijo entre dientes—. Tengo que salir de aquí y lo intenté por las buenas. Lo siento Tae.
—¿Por qué lo sien… —no me dió tiempo a responder sus manos hizo contacto con mi pecho y me lanzó al suelo.
— Lo siento —gesticuló. Mi culo me dolía por el golpe, pero logré incorporarme.
— Los dos a dirección —gritó la profesora echa una furia. Minho recogió sus cosas y salió enseguida.
— Pero no fue mi culpa —intenté defenderme.
— Dije que a dirección —volvió a gritar.
«Mierda si mi padre se entera me quita los libros de leer por la noche»
Recogí todas mis cosas, cuando salí al pasillo Minho iba en dirección contraria, me parece una broma me regañan por su culpa y se brinca el castigo. Seguí rumbo a la oficina del director pero había algo en mi interior que no me permitía pasar esto por alto. Así que decidí seguirlo.
Doblé por el mismo pasillo y di con un salón completamente vacío exepto por Minho que estaba sentado sobre un escritorio y un chico se estaba comiendo su polla.
¿Yo había dicho eso?
«Recuerden siempre no meterse en dónde no le llaman»
Para mí mala suerte este me vió espiando a través de la puerta. Una sonrisa se dibujó en sus labios, los remojó con su lengua y me guiñó un ojo. Quería irme pero mis pies habían quedado pegados al suelo.
—Ven — gesticuló y agarró del cabello al chico que estaba entre sus piernas.
Un nudo se formó en mi garganta, tragué en seco y con un poquito de voluntad cerré la puerta y me fui corriendo. Alejándome de todo él.

La Bestia (adaptación 2min)Where stories live. Discover now