Capitulo II

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No había más que la puerta separando aquel estruendoso encuentro desgarrador de una madre reencontrándose con su pequeña después de tan dolorosa situación, sin darme cuenta Noatak llego a nuestro lado en la isla de las enfermeras esperando tener el valor de entrar a la habitación.

-Les juro que no la vi, iba tan preocupado por llegar que no me detuve a ver el maldito cruce- intentaba convencerse a si mismo, sin poder aportar un comentario que no fuera  echar más leña al fuego me limité a mirarlo.

-Lo que pasó ya fue, deja de reprenderte...- dijo Opal al lado contrario aminorando la carga en sus hombros, Justo cuando iba a comenzar a contarnos el resultado de ambos vehículos, la puerta se abrió interrumpiéndonos.

-¿Pasa algo Señora Sato?-
Los ojos hinchados rojizos llenos de angustia.

-Es normal que no despierte doctor apenas se mueve ¿es algo malo?- su reacción no hace más que avivar esa rabia inconsciente que me ha surgido por mi jefe las últimas horas.

-Es por los medicamentos, ha reaccionado bien no se preocu...- La voz de Noatak es interrumpida por un señor que se aproximaba por el pasillo.

-¡Yasuko!, ¿como sigue? Ha despertado.... Llegue lo más rápido que pude- La madre sin pensar se lanzó a sus brazos intentando no terminar de quebrarse, respondía sus preguntas ahogadas desde su hombro, <<¿Será su padre?>>

-Sabia que no debía acceder a esa maldita motocicleta, que te dije Hiroshi mírala apenas se mueve la esta contando de milagro, todas esas máquinas a su alrededor, esto fue mi culpa- Se cubría el rostro en vergüenza.

-Pero claro que no, eres una excelente madre no te culpes por lo que ha sido nada más un desafortunado accidente- Al fin alguien que consolara los gritos descontrolados, ese soporte que mucha falta le hizo las primeras horas en este hospital.

Noatak se acerca al cuadro junto los padres quienes escuchan atento las indicaciones y sinceras disculpas por el descuido que les ha causado este tormento, el hombre reaccionó de manera cortante ante su técnica manera de referirse a la chica pero la madre sólo agradecía que pudiera contar con la mejor atención posible, Noatak los invito a pasar dejándonos a nosotras de espectadoras en la ventana de la habitación.

Tomando valor pase la puerta para hacer las revisiones de turno, chequeo constante y medicamento, tome su registro al pie de la cama mientras escuchaba la platica de los padres, Yasuko se acercaba abrazándola mientras que el esposo le ofrecía una botella de agua para los nervios.

-Les daré un tiempo a solas, veo que sus signos son estables y constantes, volveré en unos minutos a continuar el seguimiento- Ambos me agradecían el espacio brindado mientras me retiraba de la habitación, no había mayor consuelo que ser cuidada por su propia familia.

Al salir veo a Opal y Noatak en la estación principal teniendo una platica bastante seria y por la cara de mi compañera parecían ser noticias poco agradables.

-Korra se que he abusado de ustedes reteniéndolas horas extras pero necesito que continúen atendiendo a la chica hasta tener todos los puntos cubiertos- Opal continuaba en silencio sin mirar a Noatak - Le decía si podían tomar cada una un turno para darles las riendas de la paciente solo a ustedes 2, Opal tomaría el turno nocturno y tú el de día, solo hasta que podamos darla de alta, como un favor personal-

Las opciones eran mínimas, el turno seguiría extendiéndose pero la esperanza de ver a Asami despierta en algún momento me regresaba la determinación -Esta bien, yo me ocuparé de ella en mi turno..... - ambas asentimos con la cabeza.

La Chica de Fuego Carmesí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora