我不冷

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Felix permaneció observando la pared del bar, absorto en las botellas de licor como si fueran la única solución para aliviar la vergüenza que sentía. Tal vez lo lograran, porque si bebía lo suficiente, quizás dejaría de preocuparse por el hecho de que Hyunjin lo vio en ropa interior y se rió de él. Se rió.

El bar estaba lleno de gente y todos comentaban sobre la tormenta de nieve. Felix encontró un hueco entre una chica con abundante cabello rubio y un tipo con una chaqueta de franela. Miró por encima del hombro y suspiró. Hyunjin estaba donde lo dejó, con la mirada fija en la atractiva morena que, al parecer, conocía desde hacía mucho tiempo. Su nombre era Ryujin. Tenía pinta de ser una Ryujin. Vaya, parecía una bruja amargada. La vio apoyar la mano en su hombro e inclinarse, pegando sus pechos a su brazo. Le susurró algo y Hyunjin sonrió. No era esa sonrisa generosa que mostraba sus hoyuelos; más bien parecía un gato a punto de devorar una jaula llena de canarios.

En ese momento, Hyunjin miró directamente a Felix y clavó sus ojos sobre él desde entre las mesas abarrotadas. Felix se dio la vuelta y se encontró con la ajustada corbata del camarero. Muy elegante. Sonrió.

—¿Qué te sirvo, guapo?

Dado que no podía pedirle un cerebro, Felix optó por la segunda mejor opción.

—Un chupito.

El camarero levantó las cejas.

—¿Puedo ver alguna identificación?

Felix sacó el carné de conducir y se lo mostró. Lo revisó y se lo devolvió.

—Recién cumplidos veintiún años. —La sorpresa tintó su voz—. Habría jurado que tenías dieciocho.

—Es la historia de mi vida.

Felix se apoyó en la barra y le tendió la tarjeta de crédito para pagar. El camarero se rió mientras se daba la vuelta para coger una botella del estante. Nunca supo qué hacer en los bares. Se sentía incómodo, tratando de disimular que no estaba en su entorno. Tampoco ayudaba parecer menor.

—¿Tequila? —dijo una voz detrás de él—. Vaya, un chico a mi medida.

Felix se giró y miró hacia arriba, y un poco más arriba.

Detrás de él había un chico muy atractivo, sin chaqueta de leñador. Tenía el pelo castaño que caía sobre su frente y sienes. Nada que ver con Hyunjin, era más fornido y corpulento. Perfecto.

—¿Te gusta el tequila? —preguntó Felix cuando por fin encontró la voz.

Sonrió.

—No hay nada que te caliente más rápido que el tequila. Y por aquí es algo muy necesario.

—¿Eres de por aquí?

Asintió.

—Trabajo aquí durante los inviernos.

—¿Eres instructor de esquí?

—¿Cómo lo has adivinado?

Cuando Felix recordó que antes deseaba conocer a un instructor de esquí, casi se echó a reír. El chupito de tequila apareció en la barra y lo cogió. Tal vez no fuera un bebedor empedernido, pero sabía cómo tomar un chupito. Inclinó la cabeza hacia atrás y llevó el vaso a los labios. No esperaba que su garganta ardiera como lo hizo. Se volvió hacia la barra con lágrimas en los ojos, tratando de respirar mientras luchaba por evitar las arcadas.

—Dios mío...

El instructor de esquí se rió mientras le daba unas palmaditas en la espalda.

—¿Estás bien? El primer chupito suele ser brutal.

CRUSH! - HYUNLIXWhere stories live. Discover now