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La habitación era iluminada por la suave luz del fuego, permitiendo que las dos figuras en la cama pudieran deleitarse ante el calor que sus cuerpos juntos y la chimenea les proporcionaba. Ambas figuras disfrutaban de la presencia del otro, en silencio se contemplaban como si el contrario fuera la obra de arte más magnifica de todas, y es que, ante sus ojos, su otra mitad era todo aquello que alguna vez pudieron desear.
Para Geralt su alma gemela era la calma en medio del caos.
Para Caliope su alma gemela era el caos en medio de la calma.
Juntos, formaban la tormenta perfecta.
—Geralt—La rubia rompió el silencio de la habitación al recordar la información que había obtenido durante su estadía en aquel pueblo. "Hmn" exclamo el contrario indicando que siguiera —Hoy he escuchado algo muy interesante en la taberna, hace un mes otro brujo estuvo por aquí. Iba hacia Temeria —El de cabellos claros se acomodó en la cama al escuchar las palabras de Caliope.
