TODO VA A SALIR BIEN

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POV NATASHA.

Natasha y Wanda entraron de la mano en la sala de reuniones de los Vengadores, esta vez en el grupo había dos integrantes más: Kate y Yelena. La viuda más joven, avanzó hacia la espía con una mezcla de alivio y mucha furia contenida.

-¿Por qué diablos no me dijiste que habías vuelto? Maldición Tasha, ¿En qué coño estabas pensando?- Espetó con enfado clavando la mirada directamente hacia su hermana.

La rusa, consciente de su error, se disculpó con sinceridad,

-Lo siento, Yelena, de veras... Era tarde y había pensado en avisarte por la mañana... Me han estado poniendo al día y se que no has estado descansando bien...-

-Podrías haberme avisado igualmente joder, habría preferido saber no sé ¿qué estabas viva?- Volvió a reprochar la rubia frustrada.

Wanda, sintiéndose culpable por su papel en la situación, decidió intervenir.

-Lo siento Yelena, fue mi culpa, Natasha apareció de casualidad en la habitación y yo... la entretuve- Declaró con las mejillas sonrojadas.

Wanda no quería dar ningún tipo de detalle de lo sucedido, pero sabía que tampoco era justo que toda la culpa fuera para la rusa.

Al escuchar la explicación de la bruja, la mirada de Yelena se desvió hacia la de Wanda, y aunque entendía la razón, su descontento seguía siendo evidente.

-Me importa un cuerno tu explicación Wanda, ella debería de haber ido a mi habitación-

Natasha, buscando calmar las aguas, se interpuso entre ambas chicas.

-Estoy aquí ahora, Yelena, cálmate por favor- Intentó razonar.

Antes de que Natasha pudiera añadir algo más, Yelena que seguía impulsada por la rabia, empujó a Natasha con brusquedad. La viuda, sin embargo, en lugar de responder con otra agresión, agarró a Yelena en un agarre firme, e intentó contener la energía explosiva que emanaba de la joven viuda.

Yelena al notar las manos sobre ella, forcejeó enfadada con cada movimiento.

-¡No puedes simplemente aparecer sin decir nada e ignorarme por completo Nat!-, gritó Yelena de nuevo esta vez con la voz temblando.

-Estoy contigo Yel, no te voy a volver a soltar, tranquila sestra, estamos juntas otra vez- Le susurró como en un mantra abrazándola esta vez.

Yelena, aún enfadada pero sintiendo la resistencia amorosa de Natasha, finalmente cedió. La tensión en los hombros de la más pequeña disminuyó, y en un giro repentino, envolvió a Natasha en un abrazo igualmente de intenso.

Finalmente, la viuda negra se rompió, dejando salir las lágrimas que habían estado contenidas durante demasiado tiempo.

La espía, con una sonrisa llena de amor, acarició suavemente el cabello de su hermana pequeña. Sabía que Yelena, a pesar de su fachada de mujer fuerte, había estado sufriendo en silencio por su bienestar

-Shh, tranquila pequeña, ya está- Susurró Natasha, con la voz llena de consuelo mientras sostenía a su hermana.

Yelena, entre sollozos, asintió, dejando que las barreras que había construido con tanto esmero se desmoronaran en ese mismo instante.

Todos los demás, respetuosos ante la vulnerabilidad de las hermanas, observaban en silencio sin querer interrumpir el momento.

Una vez que Yelena se calmó, Natasha le dio un suave beso en la frente, sellando ese pequeño momento entre ambas.

LA PEQUEÑA GEMA DEL INFINITODonde viven las historias. Descúbrelo ahora