50. El abogado del Diablo

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Narra Matt

Miro por milésima vez la puerta de la sala de interrogación. Liz está allá dentro con Collins y yo aquí, muriendo de las ganas de romperle la cabeza a golpes. Me agarró con la guardia baja cuando mencionó Irak, eso es algo que solo mi pelotón sabía y no debería haber forma de que lo supiera... a menos que ella... Como si mi mano tuviera vida propia se posa sobre la empuñadura del arma pegado a mi cintura.

—Ni se te ocurra, Rogers.

Mi mano se tensa alrededor del arma.

—Cierra la puta boca, Xanders, ni siquiera deberías estar aquí.

—Pero lo estoy, enhorabuena, porque habrías terminado matándolo.

Me enfrento a él con mucha rabia contenida y Xanders, a mi altura, no se amedrenta. Entonces, los pasos de regreso de Flemming se hacen escuchar por el pasillo. Se había retirado para buscar implementos de primeros auxilios según mi chica le había indicado.

Ninguno de los dos nos movemos.

—¿Está todo bien, Theo? —Xanders le dirige una mirada fugaz a su asistente cuyas manos están sosteniendo una caja blanca y este se corrige enseguida—  Quiero decir, subdirector Xanders.

Enarco una ceja. No es extraño que entre compañeros exista familiaridad, pero detecto demasiada de ella en este lugar.

—Todo en orden, sigue tu camino.

Flemming pasea su mirada entre Xanders y yo, pero se fija en su jefe, como si dudara en obedecer; finalmente lo hace. Suelto un bufido. Están teniendo una excesiva consideración por alguien que merece estar en el infierno ya.

Recibo un mensaje en mi celular de Smith, su contenido es solo un nombre: Tanya Young.

Ese nombre me suena de algo. Repito ese nombre una y otra vez en mi cabeza a la vez que lo busco en el navegador de mi celular.

—¿Sabes que lo que hiciste allá pudo estropearlo todo? Sí, necesitamos una confesión de Fox, pero no así cuando lo atrapaste en un operativo extraoficial.  A Greene no va a agradarle nada esto.

—A Greene nada le agrada —murmuro absorto en la información que encuentro.

Tanya no es ninguna abogaducha de quinta y por supuesto que la conozco. ¡Maldita abogada de mierda! Debí suponerlo pero la firma Anderson y Asociados no figuraba como defensor dentro del caso Mansión, en especial, para representar a Ethan Hilligan. Tanya Young logró una condena para Hilligan como si fuese un ladrón de bicicletas y no como el traficante de niños y pederasta que era; aún cuando la Fiscalía pedía la pena máxima, y casi le consigue la pre-libertad, de no ser porque Hilligan ''murió'' en prisión.

Ahora, esa misma abogada representará a Collins. Mierda.

Tengo dos opciones antes de que la abogada llegue, una me agrada más que la otra.

Opción A: Matarlo.

Opción B: Obligarlo a confesar.

—Rogers, estoy hablando muy en serio. Las cosas están ya muy jodidas.

—¿¡Crees que no lo sé!? —Planto mi celular en su cara, lo que hace detener a Flemming a medio camino de regreso con una caja blanca en la mano. Con la cabeza, le indico que siga a la sala y Xanders me arrebata el celular de la mano—. Es la abogada de Hilligan y ahora de Fox. ¿Lo recuerdas?

—Mierda —murmura y me regresa mi teléfono para luego pasar su mano por su barbilla lampiña—. Greene me advirtió que algo así podría suceder. No van a dejar que Fox caiga tan fácil. Hay que hacer algo.

Operación Bloqueo [Operaciones Especiales #2]Where stories live. Discover now