♥ Capitulo 4 ♥

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♥ Capitulo 4 ♥
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[ ... — ¿Estás bien? — una voz masculina llamó mi atención



Alze la mirada y encontré a Antoni Scott en cuclillas justo frente a mí, con el ceño fruncido y una ceja alzada



Por Dios, de cerca era aún mas guapo



Asentí, mientras secaba mis lágrimas



— Si, estoy bien — dije mientras intentaba sonreír, pero mi vago intento fracasó y terminé derramando más lágrimas



Bendita sencibilidad



— No me parece que lo estés, además ¿porque lloras si estás bien?



Dios, ¿como le explicaba a este chico que en el libro que leía la protagonista dejo al amor de su vida, y se fue a su ciudad solo porque un viejo entrometido no quería verlos juntos y para colmo le invento que estaba enamorada de su tóxico ex y que a él nunca lo quiso, dejándolo con el corazón roto. Sin parecer una completa tonta?



Eso sin duda sería un desafío



— Soy un poco bipolar la verdad — sonreí mientras más lágrimas llenaban mis ojos. El me miraba preocupado — Estoy bien, puedes... Puedes retirarte



El me miró y asintió, sentándose a mi lado en el suelo de la biblioteca, haciendo todo lo contrario a lo que le dije, su brazo rozando con el mío, haciendo que casi me diera una taquicardia extrema por la cercanía



Contuve la respiración. O por lo menos lo intente, porque mi nariz tapada hizo que mi plan fracasara



— ¿Puedo ver tu celular? — preguntó de la nada. Yo negué más rápido de lo que debí, y él levanto sus manos en señal de paz — Solo digo que si no quieres hablar y contarme lo que te pasa, si quieres mentirme al decir que estás bien y quieres cerrarte, esta bien, pero por lo menos déjame acompañarte, porque no pienso irme de aqui hasta que tus hermosos ojos dejen de llorar y te encuentres mejor



Sentí que mi corazón dió un vuelco



Antoni Scott, el chico más popular del insti, la fantasía sexual de todas, y el prototipo de amigo que todos querían tener, estaba aquí a mi lado, tirado en el suelo de la biblioteca, diciéndome un montón de cosas lindas y negándose a dejarme sola



¿Estaba acaso en el cielo ya?



— ¿Te pagaron para hacer esto? ¿O es solo un juego de apuestas? — dije recordando lo que él y sus amigos hicieron con una chica, de la cual no se su nombre pero se que después de que Antoni se acostara con ella, no volvió más al instituto



El arrugó la nariz



— Eso estuvo mal lo sé, pero nadie me pagó para estar aqui. Simplemente quiero estar aquí contigo


— ¿Como confiar en tí?



No se,  tendrás que averiguarlo  dijo y me regaló una sonrisa, y creo que fue la mejor sonrisa que pude haber visto en mi corta vida



Cerré los ojos con fuerza meditando lo que mis impulsos estaban obligandome a hacer

Para saber, tenía que arriesgarme


Ficción Where stories live. Discover now