21. ❤️

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Podía sentir el fuerte olor de las feromonas de Suguru, se apresuró a llevarlo a la casa de Satoru, ahí se encontrarían con Shoko, se apresuró y agradeció que no hubiese tráfico; al llegar a la casa bajó con rapidez al omega y lo llevó cargado en brazos hasta la habitación de Satoru, el olor tan fuerte hacia que su cuerpo reaccionara sin su permiso y eso hacía las cosas más difíciles, sentir el la nariz de Suguru frotando su cuello era casi una invitación, pero sabía que no debía sucumbir ante la tentación, dejó al omega sobre la cama y salió rápidamente.

Satoru, j’ai besoin de toi (Satoru, te necesito) — jadeó — Amenez mon alpha (traigan a mi alfa) — dijo agitado — Nanami, opte pour Satoru (Nanami, ve por Satoru) — suplicó — ¡Mi cuerpo quema, por favor Satoru, te necesito! — exclamó con desespero.

No podía quedarse sin hacer nada, se levantó y bajo con rapidez encontrando en el primer piso a Shoko, Riko y Utahime quienes lo vieron con sorpresa.

— ¿Dónde está Suguru? — inquirió la castaña.

— En la habitación de Satoru, no se encuentra nada bien — suspiró.

— Tu tampoco — interrumpió Utahime.

— Las feromonas de Suguru están descontroladas así que es mejor que te mantengas alejada — dijo con seriedad.

— Ok, pero ¿A donde vas? — inquirió.

— Por Satoru, creo que él es el único que calmará a Suguru — dijo y salió de la casa a toda prisa.

Subio al auto y abrió las ventanillas para que el olor que quedaba saliera, se apresuró a llegar al muelle, al estar ahí vio como varios policías sujetaban a Satoru quien se encontraba con las manos manchadas de sangre, su pecho subía y bajaba con brusquedad, sus ojos inyectados en furia, pero al verlo acercarse esa mirada cambió a una un poco más serena.

— Nanami, ¿Dónde está? — inquirió desesperado.

— Tranquilo, él está bien, está en tu casa, Shoko lo está atendiendo — informó — Vamos él te necesita — dijo y lo vio caminar hacia él en cuanto los guardias lo soltaron.

Satoru subió al auto y él antes de irse caminó hasta Megumi para acordar en donde se verían para terminar con todo el asunto; llegaron a la casa y el albino subió al segundo piso con rapidez.

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Ver a Suguru en esa situación hizo que su furia creciera y por unos minutos su cuerpo fue totalmente controlado por esa rabia y golpeó sin clemencia a Toji, solo reaccionó cuando Itadori y vatios agentes intervinieron, cuando ya su conciencia había regresado en lo único que pensó fue en buscar a Suguru por el lugar, pero no lo encontró, su desesperación se hizo más grande cuando Itadori le dijo que Nanami lo había sacado del lugar, fueron minutos de tortura el no saber de ellos, pero Itadori lo tranquilizó cuando le dijo que Nanami iba en camino a recogerlo para reunirlo con Suguru, antes de que llegara Nanami, Megumi se acercó, creyó qué le reclamaría por haber golpeado a su padre.

— Lo siento, mi padre rebasó los límites y dañó a Suguru, yo en serio lo lamento — dijo con seriedad.

— Tu lo dijiste, fue Toji, tu no tienes que disculparte por él y menos sentirte culpable por sus decisiones — aconsejó — Yo también lamento que tuvieras que ver esta escena — dijo avergonzado y sintiéndose incomodo por el agarre de los guardias.

— Tranquilo, esto era inevitable — suspiró — Espero que Suguru se recupere pronto — dijo y caminó de regreso a la ambulancia en la que iba Toji.

Suspiró y espero por unos minutos más a que llegara Nanami, cuando el rubio llegó él recibió algunas instrucciones de uno de los guardias, la terminar camino hasta el auto y subió mientras notó como Megumi no fue en la ambulancia con su padre si no que hablo con Nanami, pero a él le interesaba más llegar con Suguru; el camino no fue tan largo, al llegar bajo del auto y entró rápidamente a la casa, en la sala de estar vio a Utahime.

— ¿Cómo está? — inquirió nervioso a ver el semblante de la chica.

— Shoko esta con él, sus feromonas son muy fuerte y están descontroladas por eso no puedo estar allá — señaló al segundo piso — Pero creo que si es importante que tu lo veas, esta en tu habitación.

Al subir tocó la puerta, pero aunque la puerta estaba cerrada pudo percibir ese aroma a lima, Shoko abrió y le indicó que pasara, ver a Suguru en ese estado era impactante, se retorcía entre las sábanas, su cuerpo completamente sudado, su cabello esparcido por la almohada y algunos mechones se pegaban a su rostro debido al sudor, pero lo que más llamó su atención fue la marca en su cuello, era totalmente diferente a las marcas comunes, más bien parecía un moretón, el color púrpura de la marca lo preocupo.

— Está marcado, ¿Fue Toji? — inquirió nervioso.

— No, fuiste tú, pero eso es algo que deben hablar ustedes, por el momento el problema mayor son los efectos del afrodisíaco, pero creo que tu sabrás como tranquilizarlo, mañana vendré a revisarlo y lo de la marca solo debes renovar o retirar y eso lo consigues mordiendo en el mismo lugar — dijo y levantó sus instrumentos y los guardó en su bolso — Nosotros nos iremos para que estén más tranquilos, yo hablaré con Riko — dijo y salió de la habitación.

Se acercó despacio a la cama verlo en ese estado le formaba un nudo en la garganta, tomó asiento a su lado y con delicadeza lo levanto un poco, sus ojos velados por el deseo lo enfocaron.

Satoru, je t’aime, j’ai besoin de toi, ne me repousse pas, je veux être avec toi (Satoru, te amo, te necesito, no me alejes, quiero estar contigo) — jadeó y se aferró a sus brazos con la poca fuerza que le quedaba.

Una sonrisa triste se formó en su rostro al comprender sus palabras, dejó un beso sentido en su mejilla — Comment le pourrais-je ? (¿Cómo podría?) — inquirió en medio de un sollozo — Te amo Suguru, quiero estar contigo, quiero que me permitas ser la persona que realmente merezca tenerte — sollozó — Perdón por ser tan idiota y lastimarte, perdón por no notar tu sufrimiento, perdón por marcarte y dejar que llevar esa carga tu sólo, te amo, por favor perdoname.

La mano de Suguru acarició su rostro, él llevó su vista al rostro del pelinegro — Satoru te amo, te he amado durante tanto tiempo, quiero que me reclames como tuyo — suspiró y se removió un poco para mostrar su cuello.

Aún con lágrimas en sus ojos, se incorporó y atrajo a Suguru para sentarlo en su regazo, sus colmillos crecieron un poco y con cuidado mordió sobre la marca ya hecha, Suguru se removió un poco ante el dolor, pero poco a poco el color púrpura fue desapareciendo dejando solo una marca completamente limpia. Las feromonas de Suguru nuevamente inundaron el lugar, pero esta vez el también dejó salir las suyas, una combinación exitante de Sándalo, limón y lima llenó la habitación.

Lier  (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora