Live Like You Race - F1

30: To all the good days.

Luego de mi desliz de niña pequeña saltando sobre Cristhian para celebrar que había ganado la carrera, mi cabeza había estado dando muchas vueltas, fuera de lo extraña que había sido mi reacción, no estaba teniendo el mejor fin de semana, en cuestiones de automovilismo todo estaba bien, pero en el aspecto figura pública preferiría estarme ahogando en plumas antes que pasar otro instante en Italia.

No me malentiendan, amaba Monza, por lo menos lo hacía el 90% del tiempo cuando no le pateaba el culo a los pilotos de ferrari y el subir al podio no significaba saludar una marejada de personas que me abucheaban a coro; el podio se había terminado pareciendo al que habíamos tenido en países bajos, Russell de un lado y Charles del otro, la diferencia fue que el público apenas reacciono ante mi amigo inglés, hubo una cantidad exagerada de gritos cuando Charles sonrió para todos tomando el segundo peldaño y luego, una lluvia de abucheos para mí cuando salí a recibir mi primera posición.

Estaba ligeramente acostumbrada a no ser la piloto favorita de muchos, entre ganarle campeonatos a los grandes y bueno, tener vagina, había escuchado abucheos desde la primera vez que me subí a los autos, sin embargo, hoy había algo diferente, pudo ser el entrevistador de hace un rato llamándome fácil y basura o que distinguía perfectamente, los millones de insultos que me estaban lloviendo, quería vomitar.

Mientras el himno de Austria sonaba de fondo tuve que girar mi cabeza un poco, iba a soltarme a llorar en cualquier momento y lo último que quería era darle de comer a la prensa italiana que tanto me odiaba, ¿por qué estaba siendo así de sentimental?; los ojos de Charles se encontraron con los míos y debió identificar mis lágrimas porque pude ver cuanto le costó a su cuerpo mantenerse al margen.

Russell fue el primero en saltar sobre la champaña, el alcohol empapando mi rostro sirvió para camuflar las lágrimas por apenas un instante, Charles se había inclinado sobre el borde del alto podio para bañar a algunos fanáticos, por lo que creí que sería buena idea inclinar mi botella para mojarlo, pude notar el cambio de los gritos, pero lo ignore enfocándome en por lo menos pasarla un poco bien.

Mi botella pesó demasiado y justo antes de que pudiese colocarla en el suelo, Charles me tomo del cuello atrayéndome a un beso abrumador, estábamos al borde del podio, de frente a los fans y a nuestros equipos besándonos como si fuésemos las dos únicas almas que invaden la tierra, por ese instante las lágrimas y los gritos pasaron a segundo plano, todo en mi cerebro se apagó y solo había una sola cosa activa, el tacto de los suaves labios de mi novio sobre los míos.

— Las campeonas del mundo no lloran por culpa de personas que no entienden lo que es ser de verdad fanáticos de un deporte — Susurro a mi rostro luego del beso, su aliento olía a champaña y menta, todo a mí al rededor giraba.

— Odio ser la mala rueda, pero deberíamos bajar, ¿no creen? — Nos llamó la atención George, quien intento no reírse cuando nos vio volver a estar en marcha.

No quería alejarme de Charles, pero ambos volvimos con nuestras respectivas escuderías ni bien volvimos al primer nivel, Eli me esperaba al final de las escaleras, había demasiadas emociones en su rostro por lo que podría esperar cualquier cosa de ella en cuento estuviésemos cerca.

— Voy a empezar a llamarlos "los trágicos amantes del distrito 12" — Habla ella con dramatismo mientras me lleva al área de entrevistas, me río, relajando los hombros mientras nos acercamos a las pirañas, come hombres.

— Creo que tenemos claro que la formula 1 seria Panem, con todos este dinero y extravagantes celebraciones — Hacemos una pequeña pausa para que yo pueda recibir una toalla y me baje el mono hasta la cintura.

— Pero en Panem no hay trágicos amantes, sin embargo, si algo es cierto es que ustedes son la perfecta representación de unos trágicos amantes — Vuelvo a reírme y le entrego la toalla para que ella pueda devolverme mi joyería.