IX.

152 26 1
                                    

El frío comenzaba a molestarle y la posición incómoda de su cuello lo comenzaba a lastimar, haciendo que poco a poco fuese despertando, no sin antes deleitarse con un agradable y familiar aroma que se colaba a través de su nariz. Cuando abrió los ojos, Jongho se dio cuenta de que se había quedado dormido junto a Yeosang en el sofá de la cabaña.

Al parecer ya era muy tarde, pues a través de las ventanas se podía percibir que la luz que entraba tenía esa tonalidad azul, que marca la llegada de la noche. Con cuidado, tratando de no mover a su amigo, sacó su teléfono del bolsillo trasero, sólo para llevarse la sorpresa de que se habían dormido gran parte de la tarde. -05:53, deberíamos irnos.- pensó.

Levantó su mano, nervioso, para mover a Yeosang y poder despertarlo, no sin antes admirar cada una de sus delicadas facciones una vez más mientras dormía, al mismo tiempo en que se dibujaba inconscientemente una sonrisa en su rostro.

-Hey, despierta.- habló en voz baja para no asustarlo, mientras movía su hombro derecho.

Yeosang se movió un poco, suspiró y se sentó derecho. Aún tenía los ojos cerrados, pero era claro que estaba despierto.

-Es tarde. Debemos irnos, amigo.- susurró Jongho, posando su mano derecha sobre el hombro de su amigo.

-Ya sé.- respondió el aludido con voz somnolienta.

-¿Cómo te sientes?

El mayor mostró una sonrisa modesta. -Creo que estoy mejor. Gracias... por escucharme y por no juzgarme.

Jongho sintió alivio. -Es lo menos que puedo hacer. Ahora vamos.- indicó y se puso de pie, estirando la mano a su amigo para que hiciera lo mismo.

Después de estirarse un poco y recoger sus cosas, salieron juntos de la cabaña para regresar a sus respectivos hogares.

-Supongo que voy a tener que comprar otra cadena y otro candado.- Dijo Jongho, mientras comenzaban a caminar. -Te daré una copia de la llave, por si quieres regresar en algún momento, ¿qué te parece?

-Me agrada la idea. Incluso podríamos usar este lugar para pasar el rato, ¿no? Ya sabes, después de la escuela, o los fines de semana.- propuso Yeosang, bastante animado.

-Me gusta la idea, el único problema es que no hay electricidad, ni señal telefónica.- aclaró el castaño, pensando en que seguramente Yeosang se arrepentiría del plan.

-Ah, por eso no hay problema. Vi que hay una pequeña chimenea y podemos llevar linternas para tener luz por más tiempo.- respondió el mayor con igual entusiasmo.

-¿No sería algo aburrido?- Insistió Jongho. No era que le disgustara la idea de pasar tiempo con Yeosang, simplemente no sentía que fuese tan interesante como para mantenerlo entretenido durante tanto tiempo.

El mayor soltó una pequeña risa. -No subestimes mi creatividad. Algo se me va a ocurrir.- alardeó.

El castaño se encogió de hombros, aunque por dentro se sentía mucho más tranquilo al ver a su amigo sonreír después de tanto llanto.

Continuaron su camino hasta salir del bosque. Una vez que se encontraron fuera, se despidieron, no sin antes de que pidiera el número telefónico de Yeosang, quien se lo dio con gusto.

Jongho había emprendido el camino de vuelta, sin emabargo, cuando sintió la vibración de su teléfono en el bolsillo, se detuvo.

"¿Dónde estás?"

"Contesta el teléfono."

"????????"

"Le dije a mamá que iríamos a comer a casa de San. Te veo allá."

Still Here - JongSangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora