Sombras de Ébano

Capítulo 2: El Eco de Ébano

El eco del misterioso Ébano resonaba en los rincones de Valeria mientras Adelaide Crowe, la arqueóloga intrépida, continuaba su búsqueda de respuestas. El pueblo parecía impregnado de un aire místico, y las sombras que se proyectaban en las calles empedradas parecían danzar al ritmo de un antiguo secreto.

Decidida a desentrañar el enigma, Adelaide se adentró en la biblioteca de Evelyn Stark, la dueña de la única librería en Valeria. Entre estantes polvorientos y libros antiguos, Evelyn era conocedora de las leyendas que se tejían en las sombras de Ébano.

—Adelaide, bienvenida a mi santuario de historias olvidadas. ¿En qué puedo ayudarte? —saludó Evelyn, con sus ojos parpadeando en complicidad con el conocimiento acumulado.

—Estoy en busca de información sobre el artefacto perdido en Ébano. Algo me dice que aquí encontraré las respuestas que busco —confesó Adelaide, sintiendo la energía del lugar resonar con la intensidad de la búsqueda.

Evelyn asintió y comenzó a hojear un antiguo tomo encuadernado en cuero. —El artefacto es más que un simple objeto. Es la clave para desbloquear los poderes latentes del bosque. Pero ten cuidado, aquellos que buscan poder a menudo despiertan fuerzas que escapan a su control.

Mientras Adelaide absorbía la sabiduría compartida por Evelyn, un susurro tenue se coló entre las páginas de los libros antiguos. La biblioteca parecía cobrar vida, revelando fragmentos de la conexión entre el pueblo y el enigmático Ébano.

—Hay un altar antiguo en el corazón del bosque. Si buscas respuestas, ese es el lugar al que debes ir —aconsejó Evelyn, su voz cargada de seriedad.

Adelaide, intrigada, inquirió: —¿Alguna vez has estado allí? ¿Has sentido la magia de Ébano?

Evelyn suspiró, recordando viejos tiempos. —Hace muchos años, exploré el borde del bosque. Sentí una presencia antigua y poderosa. Pero algo en mi interior me detuvo antes de llegar al altar.

Armada con nueva información, Adelaide salió de la librería con determinación. Mientras tanto, en las sombras de Ébano, el eco de la búsqueda resonaba, marcando el inicio de un viaje que iría más allá de las páginas de las leyendas olvidadas.

A medida que Adelaide se sumergía en la noche, se cruzó con Elijah Blackwood, quien parecía sentir la resonancia de la búsqueda en el aire. Sus ojos se encontraron en un instante, y en ese breve encuentro, ambos sintieron que el destino los unía en esta travesía hacia lo desconocido.

—Adelaide, las sombras nos revelarán más de lo que podemos imaginar. Sigamos juntos este camino —dijo Elijah, con una mirada profunda.

Juntos, decidieron explorar el borde del bosque, donde la oscuridad de Ébano se intensificaba. A medida que avanzaban, la maleza susurraba historias antiguas y las sombras adquirían formas caprichosas. En un claro, descubrieron un antiguo grabado en la corteza de un árbol, que parecía señalar la ubicación del altar mencionado por Evelyn.

Elijah, con sus habilidades místicas, sintió una resonancia especial en aquel lugar. Sus ojos brillaron con una luz inexplicable mientras murmuraba palabras en un dialecto olvidado. La tierra tembló ligeramente, revelando una escalinata antigua que descendía hacia las entrañas del bosque.

—Hay una antigua magia aquí, Adelaide. Debemos proceder con cautela, pero también con determinación —aconsejó Elijah mientras descendían por la escalinata.

El eco de sus pasos resonaba en el túnel subterráneo, y a medida que se adentraban en las profundidades de Ébano, una sensación de que el bosque mismo estaba vivo los envolvía. En las paredes, antiguos jeroglíficos narraban la historia de una civilización perdida y de un poder dormido que aguardaba ser despertado.

El capítulo concluyó con Adelaide y Elijah frente al altar ancestral, sintiendo cómo la magia de Ébano se intensificaba a su alrededor. En ese momento, la conexión entre ellos y el enigmático artefacto se volvía más clara, mientras las sombras de Valeria revelaban apenas la punta del iceberg de los secretos que aguardaban en la oscuridad del bosque.

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