Capítulo 4: Raíces Oscuras

1 0 0
                                    

Bajo el dosel de Ébano, donde las sombras tejían una danza eterna, Adelaide y Elijah avanzaban con cautela. Las raíces retorcidas de los árboles parecían adentrarse en las profundidades de la tierra, como tentáculos que buscaban afianzarse en la esencia misma de Valeria.

—Estamos ingresando a la parte más antigua de Ébano, donde las raíces tienen memoria y los secretos están enterrados en lo más profundo de la tierra —explicó Elijah, sus ojos brillando con una mezcla de respeto y temor.

A medida que exploraban, las raíces cobraban vida, revelando escenas del pasado. Vieron la fundación de Valeria, las antiguas ceremonias que celebraban la conexión con Ébano y la llegada de aquellos que primero buscaron el artefacto perdido. Las raíces, como testigos silenciosos, narraban la historia del pueblo y su vínculo con el bosque.

Adelaide se detuvo frente a una raíz particularmente gruesa que se retorcía en patrones intrincados. La acarició con las yemas de los dedos y de repente, una visión la envolvió. Vio a Alistair Thorne, el anciano sabio de Valeria, llevando a cabo rituales místicos junto a la raíz misma.

—Las raíces son más que simples extensiones del árbol; son canales de conocimiento antiguo. Alistair Thorne ha buscado respuestas aquí, conectando el presente con el pasado —comentó Elijah, observando la visión junto a Adelaide.

Decidieron seguir el rastro de las raíces oscuras que los guiaban hacia un lugar sagrado dentro del bosque. Descubrieron un altar rodeado de pilares de ébano, cada uno tallado con símbolos que resonaban con una energía ancestral.

—Este altar es un punto focal de poder en Ébano. Aquí es donde las raíces convergen, entrelazando el pasado y el presente —dijo Elijah, examinando los grabados con reverencia.

Mientras exploraban el altar, las raíces comenzaron a resonar en respuesta a la presencia de Adelaide y Elijah. Un eco suave se elevó en el aire, y la tierra tembló ligeramente, revelando una escalera oculta que descendía a lo desconocido.

—Las raíces nos están guiando más profundo, hacia la esencia misma de Ébano. ¿Estás lista, Adelaide? —preguntó  Elijah, su mirada fija en la escalera que se extendía ante ellos.

—Lista para descubrir lo que yace en las raíces oscuras de Ébano —respondió  Adelaide, su determinación resonando en cada palabra.

Descendieron por la escalera, sumiéndose en la oscuridad que parecía palpitar con la magia del bosque. En las profundidades de Ébano, la conexión entre ellos y el artefacto perdido se volvía más tangible, como si las raíces mismas los guiaran hacia un destino entrelazado con el pasado olvidado de Valeria.

A medida que avanzaban por un túnel subterráneo, las paredes vibraban con antiguos murmullos. En un rincón oscuro, descubrieron inscripciones que narraban la historia de los primeros exploradores que se aventuraron en Ébano en busca del artefacto perdido. La conexión entre los relatos tallados en la piedra y la visión de Alistair Thorne se volvía evidente, como si el pasado y el presente convergieran en ese lugar sagrado.

—Adelaide, estas raíces son hilos que tejen la historia de Valeria. Cada explorador, cada ceremonia, está grabada en la esencia de Ébano —comentó Elijah, sus dedos trazando las inscripciones con reverencia.

La escalera los condujo a una cámara subterránea iluminada por una luz tenue que emanaba de las raíces que atravesaban la roca. En el centro de la cámara, descubrieron un pedestal antiguo que sostenía una piedra resplandeciente.

—Esta piedra es el corazón de Ébano, la fuente de su magia. Pero también es la llave que desbloqueará los secretos más profundos del artefacto perdido —explicó Elijah, su voz resonando en la cámara subterránea.

Adelaide, sintiendo la energía pulsante del lugar, extendió la mano hacia la piedra, y en ese momento, una ráfaga de imágenes inundó su mente. Vio visiones del futuro, sombras que se cernían sobre Valeria y la necesidad apremiante de proteger el equilibrio entre la luz y la oscuridad.

—El artefacto tiene un propósito más grande del que imaginábamos. No solo concede poder, sino que también demanda responsabilidad —murmuró Adelaide, sus ojos reflejando una comprensión más profunda.

El capítulo concluyó con los exploradores enfrentándose al dilema de cómo utilizar el conocimiento que habían descubierto en las raíces oscuras de Ébano. En la penumbra de la cámara subterránea, la decisión que tomarían resonaba con repercusiones que se extenderían más allá de Valeria, afectando el destino del pueblo y la magia antigua que habían despertado.

Hasta aquí el capítulo nos vemos en el siguiente capítulo ✨

Sombras de ÉbanoWhere stories live. Discover now