CAPÍTULO 1 ⬜NUEVO COMIENZO🟥

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Pov Kiyotaka:

Miré a mi alrededor y encontré el lugar donde viviré de ahora en adelante: un apartamento pequeño de 20 m² que solo tenía una habitación, baño y espacio para unas pocas cosas. La razón por la que era tan pequeño es que era la extensión de una gran casa, o mejor dicho, una panadería: la panadería de los Dupaing Cheng, quienes me acogieron como su hijo adoptivo.

¿Cómo me volví hijo adoptivo de los Dupaing Cheng? es simple.

El padre de Sakayanagi ayudó en esto. Con sus contactos, se comunicó con Wang Chen, el hermano de Sabine Cheng, mi ahora madre adoptiva, la cual estuvo encantada, junto con su esposo Tom Dupaing, de adoptarme ya que se les contó sobre mi "situación". Aunque lo que les contó claramente no era la verdad, ya que eso sería imposible. Solo se les dijo que tenía un padre estricto que nunca me dejaba salir de mi casa y que yo quería estudiar, y que el único lugar seguro era aquí en París. Ellos, como las buenas personas que son, me aceptaron con los brazos abiertos.

Y ahora aquí estaba, poniendo la poca ropa que tenía, la cual fue comprada por Matsuo en Japón. También mensualmente, el padre de Sakayanagi me enviaba dinero para necesidades: eran 25.000 ¥ japoneses, que se convertían en 160.7622 € franceses, una suma considerable. Me pareció demasiado, mensualmente traté de negarme, pero el padre de Sakayanagi me dijo que era lo que me debía por no haber detenido a ese hombre de haber abierto ese lugar. Además, de apoyarlo con crear ese lugar. Con ese hecho, recibí el dinero sin negarme. Después de todo, de algo tenía que vivir, y además, cuidar a un adolescente no era fácil. Aunque los Dupaing Cheng sean los mejores panaderos de todo París, no significa que fueran los más ricos para estar cuidando hijos adoptivos, pero decidieron cuidarme sin nada de por medio, así que por su amabilidad, siempre los ayudaría en lo que pudiera.

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Pov Kiyotaka:

Hoy era el día en que conocería a los Dupaing Cheng y a su única hija, Marinette Dupaing Cheng.

Entré en la panadería y los saludé.

"Hola señor y señora Dupaing Cheng", dije con mucha educación al dirigirme a los que ahora serían mis padres, haciendo una leve reverencia.

"No hay necesidad de tanta formalidad, cariño", dijo la señora Dupaing Cheng, tratando de que dejara de hacer la leve reverencia. De inmediato dejé de hacerlo, ya que parecía incómoda con lo que estaba haciendo. De la nada, sentí un fuerte brazo dirigiéndose a mi hombro. Por mis años de entrenamiento, fácilmente podría esquivarlo, pero no había necesidad. De todas formas, no había intención de dañarme con su gran mano.

"Tranquilo, chico. Ahora seremos tus padres y te cuidaremos como un hijo. No hay necesidad de tanta formalidad", dijo el señor Dupaing Cheng mientras me abrazaba por los hombros.

"No es así, Marinette", dijo la señora Dupaing Cheng a su hija.

"Claro, madre. Ahora tengo un hermano", dijo Marinette con felicidad y torpeza mientras miraba al ahora hermano suyo. Extendió su mano y la puso en el hombro de Kiyotaka, el cual miró confundido a todos por tanto afecto. Ni siquiera en la ANHS le dieron tanto cariño. Siempre recibía puñaladas de brújulas o compases, golpes de cualquier loco, apuñaladas en su mano por gorilas y amenazas de todo tipo. Apenas le daban cariño. Las únicas veces que lo recibía eran de parte de Kei, pero aún así seguía siendo muy raro. Pero ahora sentía un sentimiento cálido en su interior por tan amable recibida. Por lo menos, su ahora familia no se veía tan mala como creía que era.

"Bueno, cariño, vamos a comer. Debes tener mucha hambre después de un largo viaje", dijo la señora Dupaing Cheng. No, tacha eso, mi madre, dijo mientras me arrastraba a la mesa del comedor junto con mi ahora hermana, mientras mi padre traía la cena.

Comimos con muchas risas en la mesa. Claramente, de parte de mi ahora familia. Me seguía costando demasiado mostrar emociones, pero trataba de guardar estos pequeños momentos con mi ahora acogedora familia.

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Pov Kiyotaka:

Estaba ahora viendo la televisión junto con mi familia, pero de la nada sentí algo raro, como una presencia extraña. Volteé, pero no vi nada. Se me hizo raro, pero por ahora lo ignoraré. Puede ser algo como los akumas, pero no tengo emociones negativas en lo absoluto, así que realmente no sé qué puede ser. Podría ser...

Pero de repente, mi hermana me dijo que si la acompañaba a su cuarto para mostrarme algo junto con sus diseños. Fui con ella sin pensarlo mucho. Tenía que dejar de perderme en mi monólogo y mejor descansar y vivir felizmente mi vida pacífica.

Cuando subimos a su cuarto, lo primero que vi fue rosa, mucho rosa. También unas fotos de un chico pelirrubio, el cual estaba esparcido por toda la habitación.

"Marinette, ¿te gusta ese chico?" pregunté, como lo más lógico que se me ocurrió al ver todas esas fotos.

Marinette volteó como si fuera Satanás y me miró.

Eso me asustó. ¿Acaso se convirtió en Horikita o mucho peor, Kushida? Pero no esperaba lo que pasaría después.

"Él me gusta. ¡Claro que no! ¡Por qué dices eso, no es verdad en lo absoluto! Aunque sea el chico más hermoso, no significa que me guste para nada", dijo Marinette, incoherente mientras tartamudeaba y negaba hechos obvios. Pero por ahora, me divertiría mucho con esta hermana tan divertida, la cual puedo molestar todo lo que quiera sin que me apuñale o algo parecido.

"Está bien, Marinette. No hay necesidad de ocultarlo, pero está bien si lo niegas, dejaré el tema de lado", dije mientras miraba cómo la expresión de temor y tartamudeo desaparecía del rostro de mi hermana. Ella me miró y después dijo.

"Claro, Kiyotaka. No pasa nada, tiene sentido que cuestiones que me guste, pero para nada es eso", dijo mientras trataba de decir que no le gusta ese chico, pero lo dice con tanta ironía que no me lo creo para nada. Pero por ahora, cambiemos de tema para que no nos quedemos hablando de lo mismo.

"Está bien, claro que no te gusta ese chico", dijo Kiyotaka mientras levemente se burlaba de su hermana con su cara de póker. Además, no dijiste que me ibas a mostrar tus diseños, ¿qué esperas? ¡Muéstralos! dije mientras trataba de sonreír, pero no lo logré en lo absoluto. Marinette asintió y me llevó a un mueble que había en su cuarto a sentarnos y me empezó a mostrar todos sus diseños. De verdad, eran fantásticos.

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Después de mucha charla con Marinette, me despedí de mis ahora padres para irme a dormir a mi pequeño apartamento, que quedaba al lado de la panadería. Cuando llegué, suspiré. Por fin lograría mi vida pacífica en este lugar. No lo sé, pero quería que fuera así.

Me cambié por mi pijama después de darme un baño y me acosté para finalmente dormir. Mañana sería mi primer día de clases. Estaba ansioso por que fuera mañana para conocer a mis compañeros.

Continuará.

Estaba pensando si escribir o no, pero me ganaron las ganas. Esta historia no tendrá un día fijo para ser subido los capítulos, ya que ilusiono a la gente si empiezo a decir un día y no saco nada ese mismo, así que mejor no digo ningún día. Bueno, adiós y muchas gracias por leer. Espero que les haya gustado el capítulo. Adiós, feliz jueves 7 de diciembre.

1278/2000 palabras.

Cote: Un Viaje Inesperado: Ayanokoji Kiyotaka en miraculous Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt