Capítulo 34: Desgraciada creación.

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...

Aún recordaba el día que había visto su futuro, apenas tenía trescientos años, acababa de recibir las profundidades cuando tuvo que hacerse cargo de su padre Frederick.

Un demonio dominante de primera generación que recibió el don de las dimensiones. Asesinó uno a uno a los demás miembros de la familia real pasando a quedar solo él. Tomó la corona y el control del reino de Kalyn y de todo el mundo oscuro, menos Katten, esa zona jamás pudo dominarla.

Creó varios hijos antes de tenerlo a él, desde siempre, desde el primer momento que tuvo conciencia le tuvo miedo, su mera presencia era intimidante. Frente a sus ojos asesinó a sus otros veinte hermanos, llenando una habitación de sangre sin ningún remordimiento, él había sido el único dominante.

A sus cien años después de entrenar su fuerza y sus poderes se volvió en el hijo modelo que Frederick esperaba de él, mantenía la mirada baja y su lealtad intacta convirtiéndose en el primer y único soldado, vivía y existía para proteger al rey, su vida era él, todo giraba para su mandato.

...

Eso fue...

Eso fue hasta que su demonio interior despertó que lo arrancó sin piedad de ese control. Su cabeza se estrelló contra una pared destruyendo el sello de control real y puro de las dimensiones.

Mason, era su nombre, hizo que abriera sus ojos, y fuera consciente por primera vez en su vida de las atrocidades que había hecho su padre.

...

Una noche de luna menguante, comenzó a crear una rebelión, no había otra manera. Quizás debería matarlo... Nunca lo supo con certeza...

Se sentó en la silla y un miembro importante de los Althes le mostró su futuro. Junto con su guardián Wiler, se reunieron en las profundidades para quemar el cuerpo del demonio que le había mostrado su destrozado futuro. Ni siquiera lo había visto en su totalidad, había cortado la conexión cuando vió que una filosa espada se acercaba a su cuello para cortar su cabeza, ni siquiera había visto bien quién era el que sostenía la espada...

—Debo matar a mi padre... —se volteó hacia Wiler, mirándolo seriamente—. Eres libre de escoger tu futuro. Vete si así lo deseas...

Un profundo silencio inundó el lugar cuando el fuego consumió el último pedazo y se apagó, solo pasó a escucharse sus lentas respiraciones. De repente Wiler suspiró y se arrodilló frente a él colocando su mano derecha en su pecho, sobre su corazón.

—Iré hasta el final con usted mi señor...

—Podrías morir...

—Prefiero mil veces morir con usted que traicionarlo... —Manly sonrió y dejó salir una bocanada pesada de aire.

El Oscuro Brillo de la Luna. [TRILOGÍA DE ÁNGELES Y DEMONIOS] IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora