IX. Una Navidad Interesante

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"Ver es creer, pero a veces las cosas más reales del mundo son aquellas que no podemos ver"

El expreso polar.

Capítulo IX

"Una Navidad Interesante"

Veo a mi madre desaparecer por el pasillo de entrada al avión, estoy en el aeropuerto después de que ella se quedará dos días aquí, se regresa a California, el lugar donde crecí, donde ocurrió el momento en el que mi vida cambio por completo.

Cuando perdí a mi hermano.

La verdad no hablamos nada del otro mundo estos dos días, solo de la universidad, el trabajo, el día a día.

No le conté nada sobre Ámbar, no siento que sea el momento de contarle de que una chica me gusta y todo ese lío. Tal vez luego.

Lo que si me sorprendió mucho fue que según ella mi padre comenzó a asistir a la iglesia de nuevo, el ya tenía varias semanas que no iba antes de perder a Michael pero luego de que el falleciera dejo de ir por completo y por lo que me cuenta mi madre tenía dos años que no iba hasta ahora.

También me dijo que está muy arrepentido de haberme tratado como me trató pero que aún no está listo para venir a verme, entiendo que yo le recuerde a Michael.

Michael tenía facciones muy similares a las mías, nuestro físico era increíblemente parecido, mucha gente nos confundía cómo gemelos, a veces el y yo nos vestíamos iguales para confundir a la gente.

Nos contábamos todo, absolutamente todo, éramos los mejores amigos que podían existir, el me defendía cuando un niño me molestaba en el colegio y eso que solo nos llevábamos tres años de diferencia.

El era un ser de luz, era muy bueno para este mundo, no lo pensaba dos veces para ayudar a alguien, era muy noble, le gustaba ser voluntario en sitios de donaciones y cosas así, era fiel a la iglesia no faltaba ningún domingo así fuera solo.

Aunque varias personas lo juzgarán por ser como era, el solo vivía como quería vivir la vida, amaba vivir.

No entiendo por qué lo hizo.

Literalmente un día estamos y al otro no.

Llegó al departamento y veo a Ámbar sentada en el sofá dando la espalda a la entrada, Tyler está en la cocina preparando lo que parece ser café.

—¿Ámbar?

Ella voltea de inmediato y sonríe al verme, lleva un suéter blanco de tela fina con unos vaqueros, logro ver sus tenis blancos al levantarse y dirigirse a mi.

Ella me abraza fuertemente, puedo sentir su olor a lavanda gracias a su colonia de siempre, su cabello recogido en un moño, sus manos rodeando mi espalda y su cabeza recostada en mi pecho.

—Lamento haberte tratado como te trate hace unos días.— Ella se disculpa al responder a su abrazo.

—¿Por qué dijiste todo eso?— Pregunto.

Al separarnos puedo ver sus ojos con algunas lagrimas queriendo salir.

Los dos caminos al sofá donde ya se encontraba Tyler sentado con una taza de café en la mano y otras dos tazas en la mesita del medio.

Me siento junto a Tyler al verla sentarse en el sofá individual frente a nosotros.

—Ámbar acaba de llegar al igual que tu.— Habla Tyler.

—Vine a disculparme por mis actitudes de los últimos días, de verdad lamento como los trate en especial a ti Bruno.

¿Disculparse?

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