24- Caos

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El vuelo fue bastante tranquilo. El rubio durmió todo el viaje, mientras el moreno se dedicó a leer el libro y terminar de revisar un par de correos atrasados. Cuando aterrizaron pidieron un taxi dirección al hotel.

El día lo había dividido muy bien Rubén. Era llegar al airbnb, dejar las maletas en las habitaciones. Luego coger el metro hasta el hospital, visitar a su hermana, pagar la mensualidad. Y si sobraba tiempo, le enseñaría a Samuel los lugares más emblemáticos de Oslo.

Oslo era la capital de Noruega. No era su lugar de nacimiento ni donde se crio, pero había miles de veces allí. Tenía recuerdos por todos los lugares por donde pasaba.

Aún que el lugar fuera un poco oscuro por la falta de sol a esta época del año, conservaba su encanto. Había nevado hace pocos días así que todavía se veía los montones de nieve a los lados de la carretera.

—Wow, me acuerdo que cuando nevó en Madrid estuvimos paralizados dos semanas. —Sonrió el moreno algo emocionado viendo la nieve a través de la ventanilla del taxi.

—Aquí nevó hace dos días y ya estamos funcionando.

—Estáis acostumbrados a que nieve. Que pasara eso en Madrid fue un milagro histórico. —Aseguró Samuel, ganándose una risa y una rodada de ojos del rubio.

¿Cómo estaban estos dos? Pues ahora mismo de dos personas que se tienen que aguantar en un viaje. Eso solo podía acabar o muy bien o como un completo caos. Ya veremos cómo acaba.

Al llegar al airbnb, Rubén presentó el dni de los dos y habló con la recepcionista. Samuel por dentro agradeció a los dioses de que Rubén supiera noruego, si no parecería un pollo sin cabeza por aquí sin él, pero también los maldijo por lo increíblemente sexy que se veía hablando en otro idioma.

Les dio las llaves y subieron a su apartamento. Algo acogedor y pequeño para los dos. Contaba con un baño nada más entrar, un pequeño salón con una cocina implementada y dos puertas. Detrás de estas había dos habitaciones iguales, una cama doble y otra individual, con un armario que separaba las dos habitaciones.

—Quédate con la cama de matrimonio si quieres. —Samuel dijo mientras veía como el rubio recorría la casa.

—Pero tú eres más grande que yo. —Rubén lo miró desde la puerta de la habitación con la cama doble.

—Insisto, quédatela. —El moreno dijo entrando por la otra habitación.

El menor terminó cediendo y ambos colocaron las cosas en las habitaciones correspondientes. Se habían traído pocas cosas porque se iban a quedar pocos días, por no decirte que volvían mañana por la tarde.

Quince minutos más tarde ya estaban saliendo del lugar para pedir un uber que les llevara al hospital. El camino fue bastante rápido y silencioso. Samuel entendía que ahora mismo el rubio no quisiera hablar ni nada, seguramente su mente irá a 500km/h.

Poco después llegaron y entraron al centro de rehabilitación. Rubén trago saliva todavía fuera y suspiró nervioso. Hacia mucho que no iba a ver a su hermana y tenía que volver a afrontar esto.

Samuel notó su aura y se acercó rodeando los hombros del rubio con su brazo. —Tranquilo, estoy contigo.

Rubén sonrió ligeramente y asintió antes de entrar junto a él. Estaban en público, así que tenían que fingir que eran pareja. Entraron y Samu le quito el brazo para darle más libertad.

Buenos días, soy Rubén Doblas, tenia cita con Ada. —Dijo intentando sonar lo más seguro posible.

Si, ir al final del pasillo, está en su despacho. —Contestó la recepcionista sonriente.

Del revés || rubegettaWhere stories live. Discover now