18

13 3 1
                                    

— hoy amanecí con un bajón muy grande, no quería hablar con nadie, mi cabeza dolía pues había llorado mucho, en mi oídos hablaba una voz que decía. ACABA CON ESTO!!! Un cuchillo me estaba retando. Mi piel temblando y la lágrimas callendo por segundo, luego de un respiro profundo me llené de valentía para hacerlo, esto acabaría con toda mi tristeza. Después de todo estaba así, solo por existir...

—cundo algo me interrumpió y dijo: en una parte en el mundo, alguien está deseando estar contigo, y tocar tus labios, sentirte consigo.

Era Alejandro, al leer eso no pude evitar pensar en su mensaje, será que Alex estaba pensando en mí, será que seguía importandole?

Solté todo y comencé a llorar, pero está vez de emoción, tal vez era así. Tal vez éso estaba pensando. Pero cómo siempre la realidad, acabando con mis sueños.

Me golpeó, y me recordó que sí él dé verdad me quería, estaría buscandome pero no era así.

— Tomé mi teléfono y empecé a hablar con Alejandro, y por un momento empecé a desahogarme con el. Él solo leía y no respondía, pero de vez en cuando. Me comentaba algo para que supiera que sí estaba prestando atención.

intente, intenté hacerme la fuerte, pero no funcionó. Ahora toca hacerse la débil para ver si con ésto funciona.

—Lo único que quiero es preguntarle porque? Porque se fué sin decir nada, porque demonios no me explico qué hice. Porque no me dijo que estaba haciendo algo mal. Yo podía cambiar, de verdad estaba dispuesta a hacerlo.

tal vez éso no me doliera tanto, sí me hubiera dicho que no me quería, tal vez éso no me hubiera derrumbado tanto como ésto, tal vez sí se hubiera ido con otra y se hubiera olvidado de mí, tal vez no me dolería tanto...

— pero no podía hacer nada, porque aunque me dolía no podía odiarlo.

Y Luego empecé a hablar con Alejandro como si estuviera hablando con Alex: tener no es querer, al igual que querer, no es cuidar lo que Luego se extraña. Uno si sabe lo que tiene solamente cuando lo pierde y éso es lo que daña. El espejo es fácil de ver. Solamente cuando se empaña, fingir estar bien, es lo que me hacía mal, porque al corazón no se me engaña.

perdí tanto tiempo deseando ver gente orgullosa dé mí, que ahora me siento vacía. Conciencia: “Maldita sea cuando piensas en tí?”
— una cosas es lo que se ve, y otra cosa es lo que se siente, no pude cambiar lo intente, y hoy soy la misma de siempre...

— solo una mirada, ha sabido apreciarme sin ganas de querer cambiarme, ahora es que me cuesta, aceptar que no estás, cómo siempre me cuesta aceptarme. Y en dónde quiera que estés. No me cansó de pensarte, me diste ganas de existir, cómo siempre te amare...

— pude ver qué el no respondía a mis mensajes, pero me valía. Lo único que quería, era desahogarme y lo había hecho. Por fin había soltado, y tal vez nunca se lo diría a la persona que debía decírselo.

— sin darme cuanta hablaba más con Alejandro que con Alex, y me gustaba su compañía. Realmente era un tipo muy agradable, y aunque no lo conocía, sentía que lo conocía, sentía que se había metido en mi corazón desde hacía tiempo. Pero adivinen qué? — No era Alex, y como no era Alex, su existencia me sabía a mierda.

No era mi culpa, era la culpa de ese idioma que se había metido en mi corazón, y había irrumpido, sin razón. Había entrado en el, y se había adueñado de el sin permiso. Ya mi corazón no era mío. Y que podía hacer? Si el tenía el control de poder erizar toda mi piel, no podía hacer nada porque aunque era un idiota aún lo amaba.

Era un imbécil sí, pero era mí imbécil y pretendía dejar que siguiera siendo así.

—Era la única persona que tenía la posibilidad de hacer que lo extrañará, se adueñó de mi corazón, se adueñó de mi mente, se adueñó de mi vida. Y ya no era mía de repente...

Eres Mi Droga Favorita Where stories live. Discover now