15. ¿Amor?

1.3K 84 105
                                    

—Chicos, nos vamos ya.

Pablo se movió hacia atrás, dándonos la espalda mientras miraba el mar. Se tocaba las manos nervioso.

—Ahora vamos. –le respondí a Morata.

El jugador asintió con la cabeza y se dio media vuelta para alejarse del lugar. Me acerqué a Pablo por detrás y vi como se secaba la cara con el brazo. Me preocupé y le di la vuelta rápidamente. Estaba llorando. Enseguida envolví su cuerpo entre mis brazos.

—Ey. –le dije cuando enterró su cabeza en mi pecho. —Tranquilo, no pasa nada.

—Perdón, es que...–empezó a decir. —¡Joder! ¡Es que siempre tiene que pasar algo! ¿Y ahora qué?

Noté como volvía a sollozar y lo apreté más fuerte a mi cuerpo. Yo también estaba muerto de miedo y esto era algo que no pretendía que pasase, al menos no ahora. Pero quería ser fuerte por él.

—Shh. –le dije acariciando su pelo para calmarlo. —Todo va a estar bien, no te preocupes.

Sentí que Pablo se calmaba y me separé un poco para cogerlo de la cara con mis manos. Quité todo rastro de sus lágrimas con mis pulgares y besé su frente.

—Vale. –respondió aclarándose la voz y soltando un largo suspiro. Agarró mi mano. —Estoy bien. Vamos.

Salimos de las rocas y por desgracia tuvimos que soltar nuestras manos al llegar con nuestros compañeros que ya estaban subiendo al autobús. No le quitaba ojo a Pablo, se notaba que estaba preocupado.

—¿Por qué nos vamos tan pronto? –le pregunté a Ferran antes de subir al bus.

—Las chavalas estas han llamado a más gente y nos vamos antes de que se líe. –respondió.

—Joder.

—¿Todo bien? –me preguntó al verme un poco cabizbajo.

—Sí, luego te cuento. –le respondí con una media sonrisa forzada.

Subí al autobús detrás de Ferran. Pablo ya había subido y vi que Laporta se sentaba junto a él. En otras circunstancias me habría sentado en otro sitio pero quería estar con él.

—Hermano, ¿te importa si me pongo aquí? Es que quería hablar algo con Pablito. –le pregunté.

—¡Uy, uy, uy! Eso suena mal, ¿os habéis peleado o qué?

—¡Anda tira, cotilla! –le contestó Pablo empujándole del asiento.

Laporta se levantó antes de que Pablo lo tirase del asiento entre risas y se sentó más atrás.

—Hola, tú. –le dije sentándome a su lado.

Pablo me dio un rápido beso en el cachete. —Hola, tú.

Tenía una pequeña sonrisa serena. Los reflejos del sol caían sobre sus pestañas y su nariz, creando unas delicadas y perfectas sombras. A pesar de lo que había pasado, cuando lo miraba, sentía que todo estaba bien. Sólo él conseguía crear esas sensación en mi. Agarré su mano y Pablo abrazó mi brazo, apoyando su cabeza en mi hombro. Cerró los ojos y yo le imité, disfrutando de su cercanía.

No dijimos nada más en todo el trayecto porque las palabras sobraban.
¿Teníamos miedo? Sí, pero estábamos juntos. Y ahora los dos éramos conscientes de que teníamos al otro.

Al llegar de nuevo a la universidad, fuimos directos a comer, ya que nos moríamos de hambre de estar toda la mañana en la playa. Casi todo el equipo estaba calmado, probablemente por que estaban cansados, así que la comida fue bastante tranquila.

A Sky Full of Stars ; Pedri & GaviWhere stories live. Discover now