Han Jisung, gentil omega que a la edad de 19 años fue obligado a casarse con el hijo de los Lee.
Los Lee eran una de las familias más poderosas y respetadas de la ciudad de Busan. Y su hijo mayor, Lee Minho, comenzaria a dominar muy pronto en su bie...
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‼️Advertencia: este capítulo contiene escenas de tortura física y psicológica, e intento de abuso sexual.‼️
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No sabía que hacer, no sabía que decir ni tampoco como actuar, ahora mismo sólo quedaba un fuerte vacío en su corazón. No podía recordar muchas cosas, solamente unas cuántas, pero ese extraño sentimiento de pérdida no lo dejaba en paz.
— Ten, bebe esto, está caliente y te hará bien.
Seungmin le tendió aquella taza llena de leche de fresas, estaba calientito y cuando le dio un trago, un dulce pero suave sabor llenó su boca, le dio varios tragos más, dejando que la leche llenará su pecho cálidamente.
Después de beber todo el contenido, suspiró pesadamente. Desde que lo habían dejado sentado en el gran sofá de la sala, nadie había dicho nada, no sabía quién era ese chico omega que lo trataba tranquilamente, sólo conocía a Hyunjin y BangChan, porque ya sabía que trabajaban con su padre, los había visto desde niño, también podía recordar vagamente a Félix, porque era la pareja de Hyunjin, recordaba haberlo visto sólo dos veces, pero no recordaba alguna clase de contacto que haya tenido con él.
Ahora que estaba mejor, entendía que ese omega, Seungmin era la pareja de BangChan. El niño al que había visto hace un momento, debía ser el hijo de ellos dos. No lo sabía, sólo se imaginaba eso.
Pero ahora, estando en la sala, solamente se encontraban cuatro personas, los dos alfas que trabajaban con su padre y el omega que acababa de conocer. Minho jugó un rato con la taza entre sus manos, temiendo de abrir la boca y decir algo extraño, más bien, no sabía que decir o cómo actuar.
Pero al parecer, Kim habló primero, como si hubiera leído su mente.
— ¿Puedes recordar algo? — preguntó el omega, esperando con esto comprobar sus dudas.
Minho asintió lentamente.
— Sólo recuerdo que estaba en casa, hubo una gran explosión, venía del sótano donde mi padre... donde mi padre acostumbraba a encerrarse con mi madre... yo, yo, no recuerdo nada más. Bajé a ver que sucedió, pero en cuanto entré, sólo di unos cinco pasos y me desmayé, probablemente fue por el extraño humo verde que se esparció por todo el sótano, pero no recuerdo nada más, cuando desperté, estaba aquí. Por cierto... — miró a los tres hombres en la sala. — ¿Dónde estamos?
