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—Katy... déjame explicarte por favor.

Colgué la llamada, quedando paralizada; ¿de qué está hablando?.

Sintiendo mi corazón apunto de salirse entré en la nueva publicación en la que me etiquetaron.

"Mejores amigas, ¿quién pensaría que Samantha Milton es la amante de Marco Smith?"

¿Pero, que...

Le di play al video adjuntado; el video era el mismo que el de la foto pero en este se podía ver a Sam siendo la chica arriba de Marco.

Mi respiración se detuvo.

¿mi propia mejor amiga?. Un fuerte dolor me invadió en el pecho, mientras las palabras de Sam resonaban en mi cabeza una y otra vez, como un eco que me lastimaba cada vez más. La noticia me golpeó como un puñetazo.

Mis manos temblaban mientras sostenía el celular pegándolo a mi pecho, mis ojos se empezaron a llenar de lagrimas que amenazaban con escaparse.

¿Por qué me hacen esto?, ¿por qué si siempre he sido una buena amiga con Samantha?...

¿Hice algo mal?, ¿le hice daño?, tal vez es algún tipo de venganza por algo que hice y no recuerdo, las lagrimas empezaron a correr por mis mejillas, en mi garganta se formó un nudo que me impedía hablar, puedo sentir mi corazón latiendo rápido.

Me levanté del sofá, corrí a mi habitación y me encerré ahí; ¿por qué me pasan estas cosas?.

Tiré mi celular y me dejé caer de cara en la cama, Samantha y Marco me traicionaron al mismo tiempo, las personas en las que mas confiaba me clavaron el mismo puñal por la espalda y se sentía como una herida de la que no sobreviviría.

Solté el llanto que tanto estaba aguantando, un tipo de llanto que solo conocí el día que papá se fue de la casa.

Las personas que más quiero al final siempre me abandonan, y lo peor es que son esas mismas personas las que me lastiman y no se quedan a hacerse responsables.

¿Por qué nunca nadie es sincero conmigo?, ni papá, ni Marco, ni Samantha.

Escucho la puerta de abajo abriéndose, seguro mamá y Ximena ya llegaron, no me siento capaz de fingir que estoy bien, hoy no me importa como me veo, lo único que quiero es que me digan que todo es una mentira y volver a tener mi vida de antes.

Después de un rato mi lagrimas empiezan a cesar, aún así no me muevo de mi posición.

La puerta de mi habitación se abre y se cierra, la cama se hunde a lado de mi. No miro nada pues sigo boca abajo, si es mamá prefiero quedarme así a que vea mi cara devastada.

—Katherine.—suena una voz varonil.

Despego mi cara de la cama, y miró a Pablo sentado a lado de mi.

—¿Qué quieres?—mi voz suena entrecortada mientras vuelvo a poner mi cara sobre la cama.

—Angie dice que bajes a comer.—su voz sonó suave.

—Bien.—susurré.

—¿Qué te pasa?.—me dijo con extraña preocupación.

—Nada—mis ojos volvieron a llenarse de lagrimas.

—¿Es por ese idiota?.

—No..—dije en voz baja.

Otra vez quiero llorar, y es que no puedo dejar de pensar en ellos, siento que no tengo a nadie; me siento sola, ya ni siquiera sé en quien puedo confiar. Sentí una mano cálida dándome palmadas en la espalda.

Un verano con mi enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora