Un verano con mi enemigo

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este es el penúltimo capitulo.

Dulce Navidad.

Estábamos a una semana de ser navidad, mi primera navidad con Pablo. Mamá y Ximena se habían puesto de acuerdo para pasar navidad los 4 juntos. Pues papá la pasaría en Inglaterra y Ximena no tenia muchos familiares en la ciudad. 

Era mi ultimo día antes de vacaciones de invierno, y también de clases. Solo volvería en enero para mi graduación y por fin me despediría del instituto Hughes.

Me provocaba una sensación agridulce. 

El instituto Hughes había sido una etapa importante, demasiado importante en mi vida. Viví muchas cosas allí dentro de las que gran parte fueron buenas, otras malas y de algunas otras aprendí, maduré y cambié. 

Mi primer novio, mi primer beso, ser odiada o amada, popular, nuevos amigos, algunas enemigos, mis primeras fiestas, la primera vez que suspendí una clase, ser animadora... 

En parte si me quería ir de ahí; era hora de empezar un nuevo ciclo, pero me costaba y me daba miedo empezar de nuevo. Nunca nada seria lo mismo a Hughes, bueno o malo, no seria lo mismo. Nunca tendría la misma popularidad que en en instituto, la universidad era enorme y ahí yo no seria absolutamente nadie. 

También se quedaban algunas personas atrás y otras me acompañarían en mi nueva etapa; personas que en mi pasado se quedarían, como las animadoras, Marco y Sam... aunque en cierta parte me alegraba de haber quedado bien con ella. 

Ese ultimo dia de clases, Sam habló en dirección para por fin reportar a Charlotte y Melody. Ambas fueron llamadas a dirección y recibieron un castigo ademas de ser obligadas a disculparse con Sam. Si bien, ella y yo no éramos amigas, al menos no habíamos quedado como enemigas. 

Antes de la ultima hora de clases, me la encontré en los sanitarios, yo me lavaba las manos y ella salió de uno. Ambas quedamos juntas frente al espejo sin saber que decir. 

—Kati... escucha.—empezó obteniendo toda mi atención—Sé que no fui una buena amiga, te fallé mucho y no tengo justificación pero, quiero que sepas que nunca te he odiado, el tiempo que fuimos amigas siempre te quise mucho. Te pido disculpas por todo lo malo.

Me quedé en silencio unos segundos, solo observándola frente a mi con sus ojos brillosos y su cara de preocupación.

—No te preocupes, te disculpo. Lo hice desde hace mucho—dije y le di una sonrisa cerrada pero sincera antes de darme media vuelta para irme.

—Ya no estoy con Marco.

Me detuve en seco frente a la puerta y la miré sobre mi hombro.

—Me alegro por ti, no hay rencores, Sam. Mucha suerte en tu vida.—Y salí de ahí.

Sentía un peso menos de encima, no esperaba ser una hipócrita y fingir ser las mejores amigas pero, me gustaba quedarme sin ese problema. Ademas me alegraba de verdad que Samantha e alejara de Marco pues se notaba que este no le hacia nu un bien. 

Con Marco no hubo solución y tampoco lo intente, como dije. 

Ya los había perdonado a ambos aunque no me lo hubieran pedido.