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Harry abrió abruptamente los ojos al sentir como las náuseas nuevamente hacían de las suyas y le sacaban de su preciado sueño. Corrió con prisa hacia el baño y vacío lo poco que ingerio la noche anterior. Sollozó al sentir una nueva arcada y continuo vaciando su estómago hasta que finalmente no quedó nada más que la sensación de asco en su paladar.

Con cansancio se levantó del suelo y lavo su rostro y boca antes de salir del baño y tirarse a la cama con pesar.

—¿Pero qué está pasando? — murmuró para si mismo mientras colocaba una mano sobre su estómago y otra sobre su rostro a la vez que observaba el blanco techo de su apartamento, tratando de encontrar una de las tantas respuestas que su mente y corazón pide. —Esto es tan raro...

Su teléfono sonó sacándolo de sus pensamientos, lo tomo con cuidado porque hasta el más mínimo movimiento podía causarle mareos y es lo último que quería agregar a su lista de desgracias, suficiente tenía con vomitar.

—¿Hola?

Harry, ¿En dónde estás? — Por un momento parpadeo desconcertado y reviso quien le llamaba, su mente le jugó una horrible pasada creyendo que era él, pero era imposible porque desde hace un mes que firmaron los papeles de divorcio y se mudo para perder todo contacto no ha sabido nada. —Tu tía está demasiado molesta porque no apareces, se supone que estarías a cargo de revisar los nuevos diseños pero no apareces.

¡Es verdad! — salto de la cama maldiciendo ante el leve mareo que sintió. —¿Qué hora es? lo lamento mucho, Zayn. Me dormí y olvide por completo que hoy era el día de revisión.

Son las 9:30. — Soltó una risita ante lo ajetreado que sonaba el omega al otro lado de la línea. —Intenta no llegar más tarde, veré como distraigo a tu tía mientras te puedes alistar. ¿Mala noche?

—Se podría decir, las náuseas y vomitos en la madrugada y mañana me están matando. — bufo al no decidirse por que traje usar —¿Del 1 al 10 qué tan molesta está?

Yo diría que un 20, asi que apresúrate que quizá cuando llegues encuentres mi cabeza en una estaca por intentar cubrirte.

—Te debo una, muchas gracias, Zayn.

—Un almuerzo estaría bien como agradecimiento.

—Tomare nota, nos vemos otro momento.

Maneja con cuidado. Recuerda que no eres inmortal. — Ambos rieron al recordar la otra vez que Harry iba tarde. En esa ocasión decidió manejar más rápido de lo establecido y casi termina en un accidente automovilístico, ese día el alfa de ojos miel quería matarlo por su imprudencia y le daba toda la razón. Desde ahí prometió conducir con más precaución.

Zayn y Harry estudiaron en la universidad, compartían el mismo amor y pasión por la moda así que no fue difícil que una amistad florecía de ahí, a pesar de que dicen que un alfa y omega jamás pueden ser amigos ellos demostraron lo contrario.

Tuvieron que separarse porque a Zayn le ofrecieron la oportunidad de continuar sus estudios en París a la vez que realizaba sus prácticas en una de las mejores agencias de moda. Al graduarse, Amelia, la tía de Harry al conocer del talento que poseía el amigo de su sobrino no dudo en reclutarlo y unirlo a su equipo.

Harry no tuvo que mudarse para continúar estudiando, era de familia que compartieran el amor por los diseños y moda así que sus padres fundaron una de las más grandes empresas en Londres, Harry le ofreció a Zayn un puesto ahí pero el alfa quería hacer todo por su cuenta y aunque le agradeció por darle su apoyo, su deseo era entrar a una agencia por cuenta propia y lo logro, Amelia fue honesta y dijo que aunque no fuera amigo de Harry le habría buscado porque sus diseños son exquisitos y en la actualidad es uno de los mejores diseñadores que tiene.

𝐍𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐨 𝐃𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐨 • 𝐋.𝐒Where stories live. Discover now