𝐶𝐴𝑃𝐼𝑇𝑈𝐿𝑂 𝐿𝑋𝑉𝐼𝐼: 𝑯𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒍 𝒕𝒐𝒓𝒐 𝒏𝒐𝒔 𝒔𝒆𝒑𝒂𝒓𝒆.

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Hirving lloraba a pausas— me— suspiró — duele— volvió a suspirar

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Hirving lloraba a pausas— me— suspiró — duele— volvió a suspirar.

Hirving, dejame curarte — dijo seriamente su alfa.

No puedo creer que hayan hecho eso, Guillermo — dijo por su parte, Lio, con sus brazos cruzados, viendo a su regañado alfa... al que también curaban.

Ney sonrió — que bueno que a mí nadie me regaña.— Nuevamente mis traumas mis chistes.

Y nosotros qué, somos como tus papás — dijo Javier, serio—lo que hicieron estuvo muy mal, fue estupido y peligroso, Ney, vas a estar castigado.

Andrés rió — pues a mí sí me gustó verlos salir volando por el "mata pendejos".

Lio suspiró sentándose, con su ceño fruncido, frente a Guillermo quién, estaba siendo curado con experticia por Andrés.

Pero, ¿estás enojado conmigo?— cuestionó Lozano, viendo a su alfa parado frente a él, que limpiaba la sangre de su ceja.

Lo estoy Hirving — dijo este, cuidando de su omega.

Lozano hizo un puchero... y lloró con más intensidad.

Auch— se quejó Ney pues, a él lo curaba su papá omega Javier.— Pero con cuidado...

De repente el presentador entró en la sala.— ¡Felicidades, ganadores!— con la botella en sus manos.

Ganadores— dijo con molestia, Lio. Se puso de pié frente al hombre que entró — ¡agradezca que no lo demandamos, deme eso!— y le arrebató la botella. 

El presentador se asustó.

Lio de inmediato destapó aquella bebida... y dió un gran trago directo que dejó boquiabierto a todos...

Pero exactamente, ¿qué pasó?...

Media hora antes;

¡No nos pusimos de acuerdo!— gritó Hirving empezando a correr lo más rápido que podía por sus tapadas piernas de la bola, a un costado.

¡No es exposición, pendejo!— respondió Ney corriendo al otro lado.

Memo... aceptó su destino y se quedó quieto.

Lio...— susurró viendo que el toro casi llegaba a él — te amo...— susurró antes de que, aquel animal lo cuerniara hasta sacarlos volando lejos, pero no se lastimó, por la gigante bola.

Hirving empezó a reír a carcajadas al ver a Memo en el suelo, sin poderse levantar— ¡ese wey!.

¡Hirving Lozano, ven acá!— de repente la voz de su alfa a su espalda y fuera del ruedo lo hizo girar, a su lado, sollozante, estaba Lio, Javier y Andrés, insisito, Andrés si estaba disfrutando la actividad.

¡Hola!— sonrió Hirving bola lozano... de repente un "¡cuidado!" lo hizo girar a su espalda; tarde pues, el "mata pendejos" lo cuerneó también, solo que al tenerlo en el suelo, aquel toro empezó a saltar a su al rededor.

AVENTURAS POR AMOR. 𝑀𝑒𝑐ℎ𝑜𝑎, 𝐸𝑑𝑧𝑎𝑛𝑜, 𝑁𝑒𝑦𝑠𝑜𝑛.Where stories live. Discover now