Cap 4 °El Encanto de Nevermore°

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Me encontré inmersa en la sombra de Larissa, la mujer alta y distinguida que se erguía majestuosamente a mi lado. Una sensación de pequeñez me envolvía, como si mi estatura física reflejara la inmensidad de la decisión que tenía frente a mí. La oferta resonaba en mis pensamientos como un eco persistente, y mis pasos parecían más lentos mientras caminábamos por los pasillos de Nevermore. La grandiosa arquitectura del lugar se extendía a mi alrededor, mientras reflexionaba sobre la propuesta, la imagen de mi amiga esperándome en casa se desvanecía, reemplazada por la intrigante posibilidad que se desplegaba ante mí. La idea de trabajar en esta enigmática escuela para seres especiales me llamaba de una manera que no podía ignorar.

Fue en ese momento cuando la melodiosa voz de Larissa interrumpió mis pensamientos. "Querida, ¿tienes algún problema?", preguntó con gentileza, sus ojos penetrando en los míos con una mezcla de comprensión y paciencia. "Solo es una propuesta, no una obligación, aunque nos encantaría tenerte aquí", añadió mientras su mirada transmitía la seguridad de que la decisión estaba en mis manos. Me detuve por un instante, sintiendo la cálida presión de su mano en mi hombro, como un gesto de apoyo silencioso.

"No es eso", respondí sinceramente, desvelando la confusión que me embargaba. "Solo no me lo esperaba. Pensé que todo esto sería temporal", admití, dejando escapar mis pensamientos más profundos. Larissa asintió con comprensión, su voz suave actuando como un bálsamo para mis inseguridades.

"Tranquila, puedes pensarlo", me aseguró, despejando cualquier presión inmediata.

Aunque en esos momentos mis palabras, como un impulso irrefrenable, salieron disparadas de mis labios antes de que pudiera siquiera pensar bien en ello. "Sí, quiero el trabajo", dije, sintiendo cómo mi nerviosismo crecía ante la repentina decisión que había tomado. Mis ojos reflejaban una mezcla de emoción y aprehensión mientras miraba a Larissa. "Me gusta mucho lo que hago, y el ambiente en su escuela parece encantador", continué, tratando de justificar mi elección, mientras mis manos jugaban con el dobladillo de mi camisa con nerviosismo "Me encantaría formar parte de Nevermore, aunque no soy nada especial", añadí, recordando la peculiaridad de los estudiantes que llenaban los pasillos con habilidades sobrenaturales. La ironía de mi declaración resonó en mi mente mientras pensaba en la extraordinaria naturaleza de aquel lugar.

Aunque antes de que pudiera atormentarme con más dudas, Larissa habló de nuevo, su voz suave actuando como un bálsamo tranquilizador. "Bueno, querida, entonces está todo listo. Podremos firmar el contrato lo antes posible", dijo con una sonrisa que sugería que la decisión era acertada. "Además, eres especial, quizás todavía no te das cuenta", añadió con calma, como si hubiera leído mis pensamientos más profundos. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal mientras procesaba sus palabras. ¿Especial? La noción se enredó en mi mente, chocando con la autopercepción humilde que llevaba conmigo. Larissa, con su elegancia y misteriosa presencia, insinuaba que había más en mí de lo que yo misma podía entender.

Mis pensamientos se desviaron, tratando de procesar la idea de ser considerada especial. ¿Yo? Era la persona más normal de todo el mundo, no había hecho nada relevante en mi vida que justificara semejante afirmación. Preferí pensar que eran palabras de aliento, nada más, y aparté esos pensamientos y mientras mi mente divagaba, mi atención se centró en los estudiantes de Nevermore. "Entonces, si trabajaré como la enfermera de Nevermore, supongo que tendré que informarme sobre las peculiaridades de cada estudiante", dije en voz alta, como si tratara de aclarar mis propias reflexiones. Miré a Larissa en busca de alguna orientación, mientras ella abría una puerta que revelaba un comedor grande. Durante la hora de comer, seguramente estaría lleno de vida, pero en ese momento, éramos solo ella y yo. El comedor parecía un refugio de tranquilidad en medio de la imponente escuela. Mesas bien dispuestas, adornos elegantes y grandes ventanales que dejaban pasar la luz del día.

Simplemente tuya ° Larissa weems x Lectora°Where stories live. Discover now