Las sospechas de Mia.

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—¿Estás bien? —.

Me gire y vi que era Iván, respire y asentí con la cabeza, él se acercó y se sentó junto a mí.

—Pues no lo parece —. Sus intensos ojos se clavaron en mí y yo me sentí extraña, era como nervios pero que no provenían de él.

—Estoy bien, solo algo… cansada —dije lo que me pareció lógico en ese momento.

Él me observa y sonríe. Me quedo completamente hipnotizada, ¿Qué sucedía conmigo? Cada vez que lo veía me perdía dentro de mí misma.

—¿Comenzarás a estudiar aquí? —preguntó para mantener la conversación. 

—No lo sé, acabo de mudarme y aun no estoy segura de nada —respondí suspirando.

—Te entiendo, ser el nuevo puede ser muy agobiante, aunque todos quieran acercarse con solo verte —.

Sus palabras me sorprendieron, ¿Qué quiere decir?

—Eres hermosa, ¿no me digas que no lo sabias? —pregunto con una sonrisa.

Sonreí bajando la vista, allí estaba nuevamente esa sensación de nervios y excitación, no provenía de él, de hecho, no se sentía como un reflejo, era algo mío. A lo lejos escuchamos la campana, Iván se levantó y dijo mirándome con una sonrisa extraña.

—Nos veremos por ahí supongo —.

—Sí, e…eso creo —dije tartamudeando media boba.

Iván se alejó y yo comencé a respirar más fuerte, miré a mi alrededor, pero no había nadie cerca, eso que había sentido… eso había sido mío.

Salí del campus y regrese al parque, los chicos de antes ya no estaban, me senté a respirar hondo, Mia vino a mi mente, me sentía extrañamente culpable por haberla dejado sola, debería disculparme con ella.

—¿Todo bien muchacha? —pregunto una voz dulce a mi lado.

Observé, era una anciana muy simpática, pude sentir su curiosidad y preocupación hacia mí.

—Estoy bien, solo pienso en una amiga —respondí con total confianza.

—¿Pelearon? —

—No, es solo que… la deje sola cuando me necesitaba, y me siento mal por ello —explique brevemente.

—Entiendo, solo debes pedirle disculpas, estoy segura que ella te perdonará y entenderá tus razones -expreso la dulce anciana y yo sonreí.
-Puede que tenga razón, la esperaré y pediré perdón —.

—Eso hermosa, verás que todo se solucionará —.

—Gracias, es usted muy amable —exprese tomando sus manos y luego regrese al campus del colegio y espere a que Mia saliese.

La espera se hizo larga, por lo cual aproveche para leer algo del misterioso libro que había encontrado en casa, la primera hoja me revelo su contenido, era un diario.

20-nov-1900…
Hoy es mi primer día de vida, extraño a mis hermanas, deben estar muy preocupadas, pero no podía seguir fingiendo que no sucedía nada conmigo, necesitaba salir de ese mundo tan asfixiante, pues el mundo real tenía más para ofrecerme.
Ver las casas, los hermosos coches, los coloridos vestuarios, todo era increíblemente nuevo y me provocaba una sensación de adrenalina que me consumía. En mis andancias de solo un día he podido experimentar tantas cosas que un no me creo que sea real, incluso he conocido a un hombre, es guapísimo, el alcalde de la ciudad. Cada momento en que sus ojos se clavan en mí, mi ser reacciona de manera extraña, una especie de nervio y excitación me recorren y me hacen sonrojar.

Al salir del espejo [EDICIÓN]Where stories live. Discover now