DOS

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Oscar tenía a la pequeña Lily sentada entre sus piernas, los demás cachorros le estaban rodeando, dibujando sobre hojas de papel.

—Bien, entonces, si mezclas el color amarillo con el azul se vuelve verde, ¿viste?

Estaban pintando con sus pequeños dedos, la pintura no era tóxica para ellos, pero de todas formas miraba que no fueran a meterlos en sus bocas.

Lily solo miraba curiosa a los demás cachorros, nunca había estado rodeada de tantos, y le daba un poco de miedo hacerlo, por eso no se separaba de él.

De vez en cuando Oscar acariciaba a la pequeña para hacerle saber que no se había olvidado de ella, sonreía cuando la escuchaba ronronear ante sus toques tranquilos.

—¡Profe, Oscar! —La pequeña Diana de cinco años le mostró orgullosa su dibujo, los había puesto a dibujar frutas y ella había echo una manzana.

—¡Oh, que lindo Di, se ve hermoso! —Oscar sonrió cuando observó el pecho de la niña hincharse con más orgullo.

Miro al pequeño Harry, quien estaba mirando su dibujo con una expresión insegura, sonrió ante eso, Diana y Harry son hermanos gemelos, pero muy diferentes entre sí, mientras una era más confiada y decidida, el otro era muy tímido e inseguro.

—Harry, ¿me mostrarías tú dibujo? —Preguntó y miró como el menor dio un salto en su puesto,
lo miró y después a su dibujo, al final terminó mostrándolo con timidez—. ¡Es tan bonito, es una hermosa flor!

Harry se sonrojo y le sonrió, estaba más alegre y miraba su dibujo más orgulloso.

Los demás cachorros también le mostraron sus dibujos y al final cuando todos terminaron de hacer sus dibujos lo puso en un mural, así todos podían verlos.

—¡Es hora de la merienda y una siesta!

Eso era algo adorado por los cachorros, quienes se fueron corriendo hasta donde estaba el baño para lavarse las manos.

Oscar puso a la bebé Lily en su pecho, tenía una cangurera para cachorros así que se le hacía más fácil hacerlo.

Ella solo tenía su chupón en la boca y miraba como ayudaba limpiar a los demás.

Después fueron por sus loncheras y se sentaron a comer, Oscar calentó un poco el biberón de Lily para dárselo, ella lo recibió gustosa, como si estuviera acostumbrada a el.

Era algo raro, pero supuso que ya le habían enseñado para poder venir a la guardería y que comiera sin mucho inconveniente.

James siempre era el último en dormirse, pero después de un pequeño cuento siempre lo hacía.

Oscar tuvo que acostarse con Lily en un sillón, al parecer ella no quería apartarse de él y no tuvo más alternativa.

—Al fin se durmió —Susurró viendo a la pequeña dormir tranquila junto a los demás cachorros, el aire acondicionado mantenía un ambiente fresco y no se preocupaba por el calor que podrían tener.

—¿La nueva te ha dado problemas? —Oscar miró hacia la puerta del salón, allí estaba, George era el omega encargado de la guardería.

George y Lewis eran los propietarios del local, son una pareja que trabajaban cuidando cachorros a tiempo parcial desde hace bastante tiempo.

—Hum, no. Estuvo tranquila todo el día, no ha llorado casi nada —Murmuró cuando se acercó al mayor, era mejor hablar lejos de los pequeños, así ni los molestaría.

—Tendrás algo para hacer que los cachorros te amen a la primera —Sonrió—. El padre dijo que no le gustaban muchos los extraños y por eso podría dar problemas.

ALL FOR MY PUPPY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora