Entre Balas y Hechizos

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Severus Snape estaba de misión en Londres, siguiendo a un sospechoso de ser mortífago. Se había disfrazado de un hombre común, con un abrigo negro y un sombrero. Caminaba por las calles con cautela, tratando de no llamar la atención.

De repente, escuchó un grito de algunas personas y disparos al aire. Observó a una mujer corriendo hacia un hombre que perseguía, la mujer que iba armada con una pistola, ella tanto el hombre se debatían entre una lluvia de balas. Severus reaccionó por instinto y sacó su varita, apuntando al atacante.

- ¡Stupefy! -murmuró, lanzando un hechizo aturdidor.

El hombre cayó al suelo, inconsciente. La mujer se detuvo, jadeando, y miró a Severus con asombro.

- ¿Qué ha sido eso? -preguntó, señalando la varita.

Severus se quedó sin palabras. No sabía cómo explicarle a la mujer lo que acababa de hacer. Se fijó en ella y se dio cuenta de que era muy hermosa. Tenía el pelo castaño, los ojos verdes y una sonrisa cautivadora. Se sintió atraído por ella de inmediato.

- Es... es una especie de... linterna -balbuceó, guardando la varita.

- ¿Una linterna? -repitió la mujer, incrédula.

- Sí, sí, una linterna muy potente -afirmó Severus, nervioso.

- Bueno, sea lo que sea, le estoy muy agradecida -dijo la mujer, extendiendo la mano-. Me llamo T/n, soy agente de policía.

- Yo soy... Severus, soy... profesor -dijo Severus, estrechando la mano.

- Encantada, Severus -dijo T/n, sonriendo-. ¿Qué hace por aquí?

- Estoy... de visita -respondió Severus, inventando una excusa.

- ¿Le apetece tomar algo? -ofreció T/n-. Quiero invitarle por ayudarme a capturar a este individuo.

Severus dudó. Sabía que no debía relacionarse con una muggle, pero no podía resistirse a la invitación de T/n. Sentía una curiosidad irresistible por ella.

- Está bien, acepto -aceptó Severus, siguiéndola a una cafetería cercana.
Después de que T/n capturara y dejará que se llevarán al atacante.

Así comenzó la historia entre Severus Snape y T/n, una muggle que trabajaba como agente de policía. Severus se enamoró de ella por su valentía, su inteligencia y su bondad. T/n se enamoró de él por su misterio, su pasión.

Pero Severus tenía un secreto que le atormentaba. Era un mago, y no podía revelarle su verdadera identidad a T/n. Temía que ella lo despreciara o lo denunciara si se enteraba de la existencia del mundo mágico. Así que se esforzó por ocultar su varita, sus pociones y sus libros de hechizos. Inventó excusas para ausentarse cuando tenía que cumplir con sus deberes como espía de Dumbledore. Y evitó presentarle a sus amigos y colegas del mundo mágico.

Pero el secreto no podía durar para siempre. Un día, T/n descubrió la varita de Severus en su abrigo. La cogió y la examinó con curiosidad. Al tocarla, sintió una chispa, y miro una carta donde informaba sobre una guerra, noticias y entre cosas relacionadas con el mundo mágico.

T/n se quedó helada. No podía creer lo que acababa de ver. ¿Severus era un mago? ¿Cómo era posible? ¿Qué más le había ocultado?

Severus llegó a casa y se encontró con T/n sosteniendo su carta y su varita. Se puso pálido y sintió un nudo en el estómago.

- T/n, yo puedo explicarte... -empezó a decir, pero ella lo interrumpió.

- ¿Eres un mago? -preguntó, con voz temblorosa.

- Sí, lo soy -admitió Severus, resignado.

- ¿Y por qué no me lo dijiste? -inquirió T/n, dolida.

- Porque tenía miedo -confesó Severus, sincerándose-. Miedo de que me rechazaras, de que me odiaras, de que me dejaras.

- ¿Y crees que mentirme era la solución? -replicó T/n, enfadada.

- No, no lo creo -reconoció Severus, avergonzado-. Sé que estuve mal, que te traicioné, que te decepcioné. Pero te quiero, T/n, te quiero más que a nada en el mundo. Y no quiero perderte.

Severus se acercó a T/n y la abrazó con fuerza. T/n se resistió al principio, pero luego se dejó llevar por el abrazo. Sentía el amor de Severus, pero también su dolor. Lo miró a los ojos y vio la sinceridad en su mirada.

- Yo también te quiero, Severus -dijo T/n, suavizando su tono-. Pero tienes que confiar en mí. Tienes que contarme todo sobre ti, sobre tu mundo, sobre tu vida.

- Te lo contaré, te lo prometo -aseguró Severus, aliviado-. Te contaré todo lo que quieras saber. Pero tienes que prometerme que no me juzgarás, que no me temerás, que no me abandonarás.

- Te lo prometo, Severus -afirmó T/n, sonriendo-. No te juzgaré, no te temeré, no te abandonaré. Porque te quiero, Severus, te quiero tal y como eres.

Y así fue como Severus Snape le reveló su secreto a T/n, una muggle que trabajaba como agente de policía que conoció entre una lluvia de Balas y hechizos. Y así fue como T/n lo aceptó y lo amó, sin importarle que fuera un mago. Y así fue como fueron felices, juntos, contra todo pronóstico.

Travesura Realizada

Fanfic cortos para leer antes de irte a dormir (Versión Severus Snape)Where stories live. Discover now