6. ¿Nuestro Hogar?

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Emilio no cabía de felicidad, por fin llevaba a Joaquín con él.

Joaquín se miraba en un pequeño espejo que encontró en su bolso, tocaba su pelo casi enojado.

— Parezco loco — murmuró

— Estás hermoso.

El comentario pareció incomodar al castaño, pero Emilio no puede evitar hacerle cumplidos a su esposo cada vez que se autocritica, es algo que ya está en su ADN.

— ¿Dónde vivimos? — preguntó Joaquín, mirando por la ventana.

— En el lado norte

La cara de disgusto en Joaquín no fué percibida por Emilio, quién seguía concentrado conduciendo.

— Entonces...¿Somos pobres?

Emilio soltó una carcajada.

— No Joaquín, no somos pobres.

— Pero tampoco tenemos una buena situación económica si vivimos allá.

Emilio sabe que los comentarios de Joaquín no buscan ser ofensivos, él es completamente consciente que el castaño a su lado es muy diferente al hombre con el que se casó, pero trata de mantener en todo momento los recuerdos de Joaquín burlándose de sí mismo porque había sido un niño mimado en dinero toda su vida, por los comentarios absurdos que lo hacían avergonzarse antes del accidente, cómo decirle a Niurka que su comida y departamento eran llamativos. Los tiene en su mente para no sentirse herido ó menospreciado por el hombre al que ama más que a cualquier otra persona.

— Bueno, no tenemos la situación de tus padres ó la que recuerdas al menos. Somos más sencillos, no tenemos grandes lujos y no los queremos tener realmente.

— ¿Éste es el auto que chocamos?

— No, ese auto se convirtió en chatarra. Éste era mío hace unos años, lo utilizamos para trabajar con Eduardo, pero lo he estado usando para ir y venir del hospital.

Joaquín asintió.









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Estacionaron fuera de la casa y Joaquín ya se sentía temeroso de lo que podría encontrar dentro.

— Bienvenido a casa, tu hogar. — dijo Emilio con una sonrisa en el rostro.

Abrió la puerta y lo dejó pasar primero. Joaquín entró suspirando, sus manos sudaban.

— ¡SORPRESA!

Un aproximado de 10 personas se encontraban ahí, con sonrisas y caras amables.

Emilio sonreía, no lo había planeado él, pero Romina pensó que sería buena idea y él no la detuvo.

Promesa De Amor // Adaptación Emiliaco Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt